Cuando se trata de alimentación, hay algunos ingredientes que pueden provocar afecciones digestivas, y la inflamación es uno de esos problemas que están directamente relacionados con lo que las personas deciden poner en su plato.

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“La inflamación crónica y sistémica es un problema de salud grave que puede empeorar (o mejorar) con la dieta”, explica John Hopkins Medicine, el sistema de salud y la institución académica ubicada en Baltimore, Maryland, Estados Unidos y reseñada por la revista Vogue.

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La inflamación puede mejorar o empeorar con la dieta. Foto: Freepik

¿Cuáles son los alimentos que inflaman el cuerpo?

Yohan Mannone, un naturópata especializado en micronutrición, consultado por Vogue explica sobre qué alimentos es mejor eliminar para llevar una vida más saludable, sobre todo si inflamación es un problema frecuente.

1. Productos lácteos de mala calidad

Aunque el queso o el yogur pueden parecer inofensivos, se debe tener en cuenta que la lactosa puede ser un verdadero dolor de cabeza para algunas personas.

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La mayoría de los adultos ya no producen la enzima necesaria para digerirla, lo que puede llevar a molestias digestivas y otros síntomas, como problemas en la piel y dolores articulares. Pero no hay que renunciar por completo a los lácteos. Algunos quesos curados (como el Parmesano) y productos lácteos “sin lactosa” son más fáciles de tolerar.

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También hay que prestar atención a la caseína, la proteína principal en los lácteos. Puede provocar reacciones inmunitarias y una serie de problemas de salud.

En este caso, lo ideal es optar por lácteos orgánicos de cabra, oveja o vacas que hayan sido alimentadas con pasto, ya que suelen ser menos inflamatorios.

Los lácteos de mala calidad pueden aumentar la inflamación. Foto: Archivo

2. Gluten

El gluten es otro tema que ha ganado mucha atención últimamente. Según el experto, el notable aumento de alergias e intolerancias al gluten en los últimos 30 años no es una casualidad. Y es que el trigo que se consume hoy en día es bastante diferente al de hace unos cientos de años.

Para empezar, el trigo moderno tiene un ADN alterado. La agricultura ha cruzado distintas variedades de trigo para hacerlas más productivas, pero esto ha tenido un costo. Si bien el trigo puede ser más rentable, también resulta menos fácil de digerir.

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Esto se traduce en problemas intestinales, porque el gluten no se descompone adecuadamente. Como consecuencia, ciertos tipos de bacterias pueden multiplicarse, lo que lleva a un desequilibrio en la microbiota.

El gluten es otro factor que contribuye a la inflamación. Foto: Freepik.

Ahora, a menos que sea una persona celíaca, eliminar el gluten por completo tal vez no sea la mejor opción y, honestamente, puede causar más ansiedad que beneficios.

La recomendación es limitar el gluten, especialmente el de trigo moderno.

En su lugar, busca opciones más amigables para la digestión, como el pan hecho con escanda, un tipo de trigo antiguo, y, de preferencia, que sea de masa madre.

(I)

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