Por años se creyó que para evitar la resaca al día siguiente de una noche de copas la solución era beber agua a intervalos. Esta creencia se originó de un estudio que data de 1950, en el que correctamente establecía que el cuerpo tiende a expulsar más agua cuando ingiere alcohol.
Patrick Schmitt, biólogo molecular, argumenta que a raíz de estos resultados se extrajeron conclusiones incorrectas. Es decir, por décadas se pensó que el chuchaqui o el malestar del día siguiente se daba por la deshidratación del cuerpo, pero no hay pruebas concluyentes de que el alcohol efectivamente cause deshidratación.
Publicidad
En su estudio, Schmitt analizó a 240 sujetos que bebieron alcohol durante cuatro horas. El biólogo demostró con su análisis que tampoco hay una relación entre el peso de la persona y la cantidad de alcohol ingerida. “Una mujer muy liviana puede beber mucho y un hombre pesado relativamente poco, y ambos pueden terminar teniendo síntomas de resaca igualmente fuertes”, explica Schmitt.
Sin embargo, esto no significa que beber agua no puede tener efectos beneficiosos durante la noche de fiesta. Cuando se bebe alcohol puro o concentrado, el agua puede proteger la mucosa gástrica, pues el contenido de alcohol en el estómago será alto. Aún así, eso no afecta en si se genera una resaca al día siguiente.
Publicidad
Entonces, ¿qué es lo que causa la resaca?
Aunque la conclusión sea controversial, Schmitt descubrió en su estudio que el estrés oxidativo es uno de los principales factores de este malestar. El portal Berliner Morgenpost explica que el estrés oxidativo surge cuando se forma una gran cantidad de los llamados radicales libres en el cuerpo, desechos metabólicos agresivos que pueden dañar o incluso destruir las células del cuerpo al robarles electrones.
Por suerte, sí hay maneras de disminuir el malestar de la resaca. Según el biólogo, los sujetos que ingirieron vitaminas y minerales antes y después de beber alcohol tuvieron menos síntomas. También ayuda haber comido algo antes de empezar a beber. (F)