La fórmula de la campaña de la OMS tiene un propósito. El primer 90 apunta a que hasta 2030 el 90% de niñas de hasta los 15 años se haya puesto la vacuna completa contra el virus del papiloma humano (VPH).
El 70 corresponde al porcentaje de mujeres que, en la próxima década, deberían ser cribadas con una prueba de VPH de alta precisión a los 35-45 años de edad.
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Y el 90 final hace referencia a que para 2030 deberíamos llegar a que el 90% de mujeres identificadas con enfermedad cervical esté recibiendo tratamiento y atención. Todo esto apunta a la reducción del 30% de los nuevos casos y muertes por cáncer de cuello uterino.
En este plan, vacunar a las niñas (desde los 9 años) y adolescentes es esencial. Más de la mitad de los países ha incorporado la vacuna, según la OMS, pero el 70% de las chicas de las edades mencionadas no ha tenido acceso a ella.
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Y si entre ellas la cobertura es muy baja, los varones (a quienes también conviene vacunar desde los 9 años) están aún más desprovistos. La estrategia global de la OPS para combatir el cáncer cervicouterino, causado por algunas de las cepas del VPH, tiene claro que este recién dejará de ser una amenaza a la salud pública cuando todos los países alcancen una tasa de incidencia de menos de 4 casos por 100.000 mujeres.
En Ecuador: 1.200 nuevos casos cada año
El cáncer cervicouterino es el tercero más común entre las mujeres de América Latina y el Caribe, y el segundo lugar de incidencia entre los cánceres en las mujeres ecuatorianas. En la región, más de 72.000 mujeres son diagnosticadas y más de 34.000 fallecen por esta enfermedad, informa la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
El 26 de marzo es el día mundial de la lucha contra el cáncer cervicouterino. En el mundo ocupa el octavo lugar de incidencia entre los cánceres en mujeres, debido a la estrategia de tamizaje basada en el papanicolaou, que lleva décadas.
“En nuestro país no es tan exitosa la situación. Está en el segundo lugar, detrás del cáncer de mama”, informa el doctor Francisco Plaza Bohórquez, ginecólogo y mastólogo. La incidencia en Ecuador es de 1.200 nuevos casos cada año; mueren aproximadamente 400 mujeres”.
Las cuatro armas del diagnóstico
Las estrategias se basan en el examen ginecológico anual que debe hacerse toda mujer una vez que inicia su vida sexual. “El cáncer de cuello uterino es 100% prevenible y curable, pues se conoce la causa, el VPH, que se transmite por vía sexual”. (Por este motivo, se recomienda posponer el inicio de las relaciones sexuales hasta después de los 19 años, cuando el aparato genital ha madurado).
Mucho más certero que el papanicolaou es la citología de base líquida, con índice de fallo de 2%. “Puede hacerse cada dos años, dependiendo del factor de riesgo de la mujer”.
Otro recurso superior es el diagnóstico por biología molecular del VPH. “Su bondad es que, sumado a la citología, su certeza es muy elevada, pues permite saber si la mujer está o no contaminada con las cepas oncogénicas, con alta capacidad de generar cáncer”, indica el doctor Plaza. Si este examen es negativo a todos los grupos, y si tiene pocos factores de riesgo, podría regresar a los cinco años, según el criterio del médico.
Una cuarta arma, como la llama Plaza, es la colposcopía, a la que tiene que acudir obligatoriamente cualquier paciente que reciba diagnóstico de VPH.
“Desgraciadamente, aún se siguen diagnosticando casos de cáncer en estado avanzado”, indica el doctor Plaza, quien lo atribuye tanto al descuido personal como a que el sistema está fallando.
“Estar contaminada con los virus oncogénicos amerita vigilancia; incluso si es un cáncer inicial, se puede tratar en consultorio, con conizaciones o con sustancias que destruyen las lesiones iniciales”. Esta paciente debe acudir cada seis meses a los controles. ¿Por cuánto tiempo? Talvez de por vida. El VPH puede demorar hasta diez años en producir una lesión premaligna, y mientras tanto, no dar síntomas.
Factores de riesgo
- La edad de inicio de la vida sexual (antes de los 19 años).
- La cantidad de parejas sexuales, incluso si solamente uno de los miembros de la pareja practica la promiscuidad y el otro es monógamo.
- La multiparidad: mientras más hijos se tiene, las probabilidades de cáncer cervicouterino son mayores.
- Un estado inmunitario debilitado.
- El alcohol y el cigarrillo son factores colaterales comunes a casi todos los cánceres.
Tipos de vacuna
- Bivalente, que protege contra las variantes del virus 16 y 18.
- Tetravalente, que protege contra la 16, 18, 6 y 11 (estas dos últimas son causantes de las verrugas genitales, rara vez cáncer).
- Nonavalente, que protege contra la 6, 11, 16, 18, 31, 33, 45, 52 y 58.
- La edad ideal de vacunación es entre los 9 y 14 años, niñas y niños.
- Puede ser útil vacunar a las mujeres hasta los 24 años.
- Se aplican dos dosis en un intervalo de dos meses.
¿Hay cura para el VPH?
Algunas infecciones por VPH se solucionan solas, establece el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos (ACOG). En la mayoría de la gente, el sistema inmune elimina el virus del cuerpo.
Pero otras infecciones duran más tiempo. Y en ciertos casos, ese tiempo es suficiente para que un tipo de VPH de alto riesgo produzca cáncer (entre 3 y 7 años, en promedio, aunque puede ser más).