La libreta puede estar vieja, el lápiz mordido y la letra corrida. Aun así, lo que ahí se escribe tiene valor. El journaling, o escritura personal, no exige buena caligrafía ni creatividad. Requiere, más bien, algo que suele costar más y es ser honestos. “Es una forma de autoexpresión y autoescucha que nos permite conectar con nosotros mismos desde un lugar compasivo, íntimo y sin juicio”, explica la psicóloga mexicana Paloma Palacios, terapeuta, escritora y especialista en escritura terapéutica. Lleva años hablando sobre este tema desde la clínica y desde redes sociales, donde enseña que no se trata de hacer algo bonito, es un espacio propio con lo que se tiene a la mano.
El punto de partida es simple, se debe registrar lo que se vive y cómo se siente. Puede hacerse escribiendo, dibujando, grabando audios o pegando recortes. “Muchas veces pensamos que journaling es solo escribir, pero no. Puedes agregar símbolos, listas, dibujos… depende del formato en el que lo hagas”, explica.
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Lo importante es que no hay una sola manera correcta de hacerlo. Esa es, de hecho, una de las claves para sostener el hábito. “Siempre digo que esto es como un plan alimentario: se debe adecuar a tu estilo de vida y no tú a él, porque si no, no es sostenible”.
Por eso insiste en desmitificar las versiones decoradas que circulan en redes sociales: “Quien se dedica a hacer contenido tiene mucho material, incluso colaboraciones con papelerías. Pero tú puedes hacerlo con cualquier cuaderno viejo que tengas en casa. No necesitas comprar nada ni hacerlo bien. Solo necesitas darte el permiso y fluir”.
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Tipos de ‘journaling’
No existe una única forma de hacer journaling. Según Palacios, se puede crear un diario desde muchas posibilidades. Entre las más comunes están:
- Bullet Journal: sirve como método de organización y planificación, con pasos fijos.
- Diario de agradecimiento: en el que se registra lo que se valora del día, la semana o el mes. Journal de manifestación, para anotar deseos, metas y objetivos personales.
- Art journal: mezcla escritura con dibujo, frases, collage, colores y stickers.
- Junk journal: conocido como “el diario de la basura”, donde se pegan boletos, envolturas, servilletas, o cualquier objeto que evoque un momento importante.
- Diario emocional: que permite expresar cómo se siente una persona a lo largo del tiempo con símbolos o códigos propios de escritura.
- Journal digital: que puede hacerse en la app de notas del celular, en audios de WhatsApp o incluso en la nueva aplicación Diario de Apple.
Hay cuadernos con preguntas preestablecidas, otros en blanco para dejarse llevar. Algunos tienen listas de películas, libros, registros del sueño, hábitos de salud o autocuidado.
“Puedes hacer de todo en uno solo. No hay que limitarse ni decir ‘solo de esta forma funciona’”, aclara Paloma.
Para quienes no saben por dónde comenzar, recomienda partir desde lo básico. “Puedes escribir: ‘Hoy me siento así’ o ‘Hoy estoy agradecida por...’. Incluso narrar cómo estuvo tu día. Eso ya es journaling”. Escribir lo que se piensa para entender lo que se siente. Más allá del formato, lo que sostiene esta práctica son los efectos que produce en quienes la realizan con constancia.
Desde su experiencia como terapeuta, Paloma Palacios asegura que escribir ayuda a ver las cosas desde otro lugar. “Cuando expresamos lo que sentimos, estamos canalizando y organizando las ideas. Muchas veces tenemos mucho en la cabeza, pero al plasmarlo, lo percibimos de manera distinta”. “En psicología eso se llama defusión: dejar de ser el pensamiento y poder observarlo desde afuera”.
Entre los beneficios más comunes del journaling están la regulación emocional, la reducción del estrés, la mejora del sueño, la toma de decisiones más clara y la identificación de patrones personales. “Nos ayuda a conectar con nuestros valores, con lo que verdaderamente nos importa, con nuestros deseos y necesidades. Y fortalece la autocompasión, que no es lástima ni condescendencia, sino tratarnos como trataríamos a alguien que amamos”.
Uno de los beneficios menos comentados, pero igual de relevantes, es la mejora del descanso nocturno. “A quienes sufren de insomnio les puede ayudar mucho escribir antes de dormir. Porque muchas veces el insomnio viene con una cabeza demasiado activa, llena de pensamientos sin espacio”.
¿Para quién es útil practicar ‘Journaling’?
En realidad es una actividad para todos los públicos. Paloma recomienda el journaling como herramienta de autocuidado. No como terapia en sí, pero sí como acompañamiento emocional. “Hay que diferenciar que journaling no es terapia, y la escritura terapéutica tampoco lo es. Son actividades que pueden apoyar un proceso de sanación, pero no lo sustituyen”. Aun así, lo considera útil para muchas personas. “Lo recomiendo especialmente a quienes se sienten perdidos, como si no supieran quiénes son en este momento. A quienes viven con ansiedad, con mucho estrés, a quienes no paran de pensar. Para esas personas, el journaling puede dar claridad”. Sin embargo, aclara que no siempre es recomendable escribir sobre emociones intensas de forma inmediata.
“Si alguien acaba de pasar por un trauma reciente, no le recomendaría hacer journaling de escritura profunda. Porque eso puede derivar en rumiación, es decir, en repetir y repetir lo mismo sin procesarlo realmente. Se corre el riesgo de agrandar la herida”.
La clave, según ella, está en la intención con la que se escribe. “Si te repites lo mismo sin moverte hacia nada, probablemente estás girando en círculo. Pero si logras observar, nombrar y soltar, ahí sí puede convertirse en algo poderoso”, expresó.
Consejos para empezar a hacer ‘Journaling’
Lo único y más importante es: Soltar la perfección. No se escribe para agradar. Uno de los frenos más comunes para quienes quieren empezar journaling es la estética. “A mí no me sale bonito”, es una frase habitual entre adolescentes y adultos que la consultan.
La respuesta de Palacios es directa: “No necesitas habilidades. No importa la redacción, la ortografía ni la decoración. No se hace para que quede lindo. Se hace para conectar contigo...es una práctica que trata de hacer espacio para ti y eso no se hace bien ni mal. Se hace como te salga y eso ya es empezar”, finalizó. (E)