Brigitte Bardot, fallecida este domingo a los 91 años, no solo fue uno de los grandes íconos culturales de Francia y una reconocida defensora de los animales, sino también una figura que transformó la manera de entender la moda en la segunda mitad del siglo XX.

Su influencia se apoyó en una estética simple y transgresora que rompió con los modelos dominantes de glamour de su tiempo.

Cuando se le consultaba por su manera de vestir, Bardot solía responder: “Mi estilo es que no tengo ningún estilo”.

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(ARCHIVOS) La actriz francesa Brigitte Bardot en Londres el 12 de diciembre de 1968. Foto: AFP

Sin embargo, su apariencia dejó una huella profunda que continúa vigente. Elementos como las bailarinas Repetto, las camisetas marineras y los vaqueros de talle alto se convirtieron en parte del legado del prêt-à-porter que ella ayudó a consolidar, alejándose de la sofisticación asociada a figuras como Audrey Hepburn con Givenchy o Catherine Deneuve con Yves Saint Laurent.

Su imagen también quedó marcada por un peinado que atravesó generaciones: el moño alto con volumen en la coronilla, siempre con un aire deliberadamente deshecho, el flequillo largo, el rubio platino con matices dorados y la cinta ancha en la cabeza para apartar el cabello del rostro.

(ARCHIVOS) La actriz y cantante francesa Brigitte Bardot en París el 29 de enero de 1962. Foto: AFP

Dos momentos clave de su relación con la moda han sido recordados este domingo por la prensa francesa. El primero tuvo lugar el 18 de junio de 1959, cuando contrajo matrimonio con Jacques Charrier luciendo un vestido rosa de cuadros vichy, corto y con volumen.

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La prenda, diseñada por Jacques Esterel, se inspiraba en los vestidos de jóvenes de zonas rurales francesas. El propio creador explicaba entonces: “Ella no tiene rigurosamente en cuenta la moda (...), se viste así porque es su naturaleza, se viste como ella quiere vestirse”, aludiendo al carácter rompedor de un diseño que marcó un antes y un después.

(ARCHIVOS) La actriz francesa Brigitte Bardot y su prometido, el actor francés Jacques Charrier, sonríen el día de su boda en Louveciennes el 18 de junio de 1959. Foto: AFP

El segundo episodio ocurrió en 1967, en pleno apogeo de su popularidad, cuando fue invitada a la cena anual de las Artes y las Letras en el Palacio del Elíseo.

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La presencia de Bardot generó resistencia por parte de Yvonne de Gaulle, esposa del presidente, a quien se atribuye la frase de que no quería ver a “esa cosita que se pasea desnuda”. André Malraux, entonces ministro de Cultura, defendió su invitación al señalar que era la actriz más popular de Francia y que aportaba al país más ingresos que Renault.

(ARCHIVOS) La actriz francesa Brigitte Bardot y su esposo, Gunther Sachs, posan para los fotógrafos al salir del Palacio del Elíseo, en París, el 8 de diciembre de 1967. Foto: AFP

Finalmente, se aceptó su asistencia con la condición de que llevara un vestido negro y un moño. Sin embargo, Bardot llegó con el cabello suelto y vestida con un traje de corte militar de la firma Renoma. Se dice que fue la primera mujer en presentarse en el Elíseo con pantalones.

En el terreno del maquillaje también dejó una impronta propia. Fue pionera en el uso de lápiz negro blando alrededor de los ojos, trazando una línea gruesa que se extendía hacia afuera y hacia arriba en las esquinas, creando una expresión felina que se convirtió en una de sus señas de identidad. (E)

(ARCHIVOS) La actriz francesa Brigitte Bardot se retoca el maquillaje en el rodaje de 'En caso de malheur', dirigida por Claude Autant-Lara, en París, el 2 de febrero de 1958. Foto: AFP