Tengo 33 años y un hogar estable, pero no me siento feliz, me dan muchas ganas de llorar, he llegado a tal extremo hasta de retirar los espejos de mi casa, pues verme me causa susto. Soy madre a tiempo completo y la soledad me agobia. Mis amistades solo se acercan a contarme sus problemas pero jamás me preguntan cómo estoy. Me siento vacía, sin rumbo fijo, les pido me ayuden y me aconsejen, estoy así desde hace ya un año, pues me diagnosticaron diabetes. No duermo, y lo poco que puedo dormir es con pesadillas horribles, pues sueño que me mutilan, pues eso fue lo que me dijo la doctora que me atendió la primera vez, que a los diabéticos les mutilan los pies.