Hace muchos años, los guayaquileños acudían al estero Salado a bañarse, divertirse y pasar un momento en familia. Hoy, aquello parece ser solo un mito y una idea descabellada.
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En medio del preocupante estado del estero, han surgido distintas alternativas para remediar el daño causado por la contaminación.
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Hace muchos años, los guayaquileños acudían al estero Salado a bañarse, divertirse y pasar un momento en familia. Hoy, aquello parece ser solo un mito y una idea descabellada.