Silvana nació en Milagro, pero su primera geografía emocional fue Bucay, el lugar al que volvió varias veces en distintos momentos de su vida y donde todavía reconoce la raíz de su carácter. Antes de cualquier escenario, su primera ‘audiencia’ fue el espejo de la sala de su casa: allí, con apenas 5 años, afinó una intuición que nadie le enseñó. Cantaba, imitaba, se probaba. Y cuando la curiosidad pudo más que la vigilancia familiar empezó a escaparse para cantar en la radio del cantón, como si ya supiera que la voz tendría un destino propio. A los 9 años llegó a Guayaquil y esta ciudad terminó de moldearla.















