Últimamente he tenido varios diálogos en torno a la prospección personal, es decir, ese momento en el que la persona se detiene a analizarse, evaluarse y proyectarse hacia sus metas futuras. Esta puede darse por diversos motivos, ya sea desde un desafío importante, una situación complicada o un crecimiento proyectado. Sin importar su detonante, la prospección personal es un ejercicio que debe realizarse en algún momento en la vida.