Eso de mis últimos suspiros podría ser verdadero, porque la nueva era digital enfrenta a los medios de comunicación a una escalofriante realidad según la cual, para los que vivimos siete décadas, la brújula por la que nos guiábamos dejó de ser la misma y el planeta Tierra es ahora el planeta virtual. En periodismo de papel, en televisión abierta, en la radio, nuestros avatares son tan trepidantes y acelerados como los de una montaña rusa, tratando de pisar tierra firme y enfocándonos a los espacios virtuales al mismo tiempo.