En nuestra cultura latina, los abuelos siempre han sido un soporte en el funcionamiento de las familias y en la educación de los niños. A pesar de que ellos ya cumplieron su tarea educativa y están en una etapa, más bien, de disfrute de los nietos sin la responsabilidad de educar, lo cierto es que las circunstancias familiares hacen que sean necesarios para complementar la labor de los padres, más ahora que las consecuencias sociales y económicas de la pandemia afectan a la mayoría de los hogares y ha descompensado las rutinas y los roles anteriores.