Es un añito más viejo que yo. Y es un ejemplo inspirador para la comunidad artística global: la 74.ª edición del Festival de Cannes llegó después de una pandemia con cines vacíos y costosas postergaciones no solo de estrenos, sino de rodajes y el impacto financiero brutal en la industria cinematográfica global. Lo insólito es lo que he estado presenciando en vivo por YouTube desde su inicio la semana pasada hasta los días finales. Escribo esta nota al cierre de la revista el martes y solo he podido disfrutar un poco más de la mitad del evento.