Miren y Bittori son dos jóvenes vascas que por años han mantenido una amistad saludable. Han crecido en el mismo pueblo en el norte español, han frecuentado los mismos círculos, han compartido las típicas experiencias de la juventud. Su interés en la política o en temas similares ha sido muy escaso y tangencial, lo que las ha mantenido al margen de las amenazas y actividades del grupo terrorista ETA.