El ascenso de Luis XVI al trono parecía abrir una época de grandes cambios en la aristocracia francesa. Una época que permitiría a su juventud conciliar sus privilegios de casta, con los vientos de la Ilustración; vientos de tolerancia, justicia y ciudadanía. Ya desde mediados del siglo XVII la aristocracia francesa había exhibido síntomas de una transformación ante el lento ascenso de la burguesía, por un lado, y la búsqueda de una identidad propia frente a la monarquía. En su libro Los últimos libertinos (traducción de Mercedes Corral. Editorial Siruela, Madrid. 2018, 464 páginas), Benedetta Craveri nos da cuenta de la vida de un grupo de aristócratas cuya juventud coincidió precisamente con ese momento de gracia de la monarquía francesa. Momento de culminación de su esplendor y vitalidad, y que, a su vez, significaría el anuncio de su caída. Refinados, aventureros y seductores, los siete personajes que son los protagonistas de esta interesante obra, son presentados por la autora como arquetipos de una nueva época, héroes y víctimas a su vez del encuentro de dos mundos.