Fue el día de San Valentín de 2017 cuando la vida de Maximilian Schwarzhuber cambió por completo. Alrededor de las 7:00 de la mañana, el joven, entonces de 24 años, se hizo amputar las piernas de la rodilla para abajo. Voluntariamente. Se decidió por ese paso sin saber cómo seguiría todo después. Sin saber si alguna vez volvería a caminar o permanecería para siempre en silla de ruedas.










