Cambiar de paisaje, disfrutar de un espacio abierto, rodearse de nuevos estímulos naturales es tan necesario para la salud integral de un adulto como para un menor en desarrollo. Todos los miembros de la familia comparten ese sentimiento y nueva necesidad sobre todo tras los meses de cuarentena. Se trata de una búsqueda de bienestar biológicamente fundamentada. “Los beneficios son muchos, al realizar actividades en exteriores se promueve la liberación de sustancias químicas en el cerebro como endorfinas, acetilcolina, serotonina y dopamina, las cuales se encargan de aumentar la sensación de bienestar, calma y felicidad, a la vez que reducen la ansiedad y regulan el estado de ánimo en los niños”, explica Melanie López, educadora en disciplina positiva. ¿Pero cómo planificar responsablemente esa salida tan esperada para su familia?
















