Alguna vez escuchamos que lo dijeron de alguien: está en la edad del burro. Lo dijeron de nosotros, y nos molestó. Y, sin embargo, lo repetimos para referirnos a alguien más, un hijo, un nieto, un sobrino. Es una etiqueta despreciativa que se usa cuando los chicos se muestran rígidos y reacios a aceptar las ideas y reglas de sus progenitores.