La contribución de la Antigua Grecia a lo que en general conocemos como cultura occidental fue enorme. Bien podría decirse que el núcleo esencial de nuestra cultura tiene sus raíces en el impresionante desarrollo que protagonizó dicho pueblo durante la Antigüedad. No es que los otros pueblos de la época no hayan alcanzado un importante nivel de desarrollo cultural, pero sin duda alguna lo sucedido con los griegos es realmente asombroso. Tómese dos ejemplos. El uno es la tragedia y el otro la democracia, dos instituciones que, aunque no parezca en la superficie, están íntimamente ligadas entre ellas, y que puede decirse que son creaciones exclusivas de la cultura griega. En su estudio sobre la tragedia y la civilización Tragedy and Civilization. An Introduction to Sophocles, Charles Segal explora con mucha agudeza esta interrelación como una contribución griega por excelencia. Algo similar puede decirse del concepto de democracia.