Cambiaron su pupitre por una silla del comedor de la casa y el salón de clases por una sala de Zoom. Algunos hasta tuvieron que celebrar una ceremonia de graduación virtual. Si enfrentarse a la vida estudiantil ya era un desafío para algunos adolescentes, el aislamiento y la cuarentena no lo facilitaron al modificar muchas de las rutinas sobre las que construyen su personalidad y conducta social. ¿Cómo ayudarlos a tomar decisiones a futuro cuando su presente cambió radicalmente?