La dexametasona, un fármaco barato y de fácil acceso en todo el mundo puede ayudar a salvar vidas de pacientes que se encuentran graves a causa del COVID-19, concluyó un estudio de la Universidad de Oxford divulgado este martes. Como todo medicamento, debe ser recetado por un médico que, luego de una valoración del paciente, señale cuál es la cantidad adecuada que se debe administrar al paciente.