Que los perros se coman cosas que no deberían, no es algo nuevo, pero en momentos cuando la mascota se come algo valioso, además de preocupante, es un poco cómico. Este fue el caso de Shelby Ann y su perro de raza pug, Patrick. La historia, que la relató para Daily Mail, comienza de forma muy normal, pero toma un giro muy inesperado.