El niño con problemas para la comunicación y socialización, como ocurre en el espectro autista, está en un mundo cuyo lenguaje no entiende. Como quien viaja a otro continente sin conocer el idioma y sin intérprete, puede caer en una confusión profunda. “Así es el mundo del niño con autismo”, dice María José Jáuregui, psicóloga clínica, máster en autismo e intervención psicoeducativa. “No puede recoger la palabra y siente que el mundo lo devora”.