"Cambia lo superficial, cambia también lo profundo,  cambia el modo de pensar, cambia todo en este mundo", así empieza la canción de la cantante argentina, Mercedes Sosa, una de las más populares que habla sobre la transformación de las cosas, que nada permanece estático, todo se vuelve diferente con el paso de los años. 

Evocamos a Mercedes para coincidir en que lo mismo ocurre con las relaciones de pareja. Algunas crecen y perduran, otras se estancan y perecen. Pero lo que definitivamente nadie puede decir es que todo permanece igual que en un principio, cuando recién te conoces, cuando recién te enamoras. Y todo tiene su explicación. 

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Según los expertos, todas las  parejas pasan por seis etapas totalmente diferentes cuando se encuentran en una relación. Como si se tratara de subir una escalera. Hay quienes avanzan y llegan hasta el último escalón, quienes se detienen a la mitad y deciden no seguir más o incluso quienes se van, abruptamente, en picada y descienden. 

El picólogo ecuatoriano y terapeuta familiar, Gino Escobar, nos habla de estas seis etapas, en las que, la base principal para una convivencia armónica debe ser siempre la comunicación y el respeto. 

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Enamoramiento

 

En esta etapa, Escobar afirma que debemos entender al ser humano como un ser biopsicosocial, es decir que cada factor es importante para el desarrollo sinificativo de su actividad humana, tanto el biológico, el psicológico y los factores sociales. 

De acuerdo a esto, el enamoramiento tiene su base contundente en la actividad hormonal de cada ser humano, por eso cuando en la adolescencia nos enamoramos, las hormonas fluyen y hacen que nos sintamos atraídos por el otro y esas mariposas en el estómago se llegan a sentir más de una vez, no son más que el producto de una serie de reacciones fisiológicas que se producen en nuestro organismo. 

A medida de que crecemos esto toma fuerza, porque el  gusto por el otro o atracción ahora servirá para determinar una compatibilidad genética, lo que nos lleva a buscar pareja para procrear un ser humano que tenga una buena carga genética.  De este modo la atracción biológica existe y la naturaleza funciona para crear otro ser humano.

Sin embargo, eso no es lo único que debe determinar el enamoramiento en los seres humanos, porque somos seres racionales, manifiesta Escobar y no simplemente andamos por ahí para repartir nuestra carga genética sexualemente. 

De este modo, para que exista un enamoramiento integral tiene que consolidarse un espacio donde cada persona perciba al otro como un ser confiable socialmente y adecuado para construir una familia. 

"El enamoramiento es todo un constructo. Determindas sociedades usan estrategias de marketing para reducir el enamoramiento a lo social o algo netamente sexual", afirma. 

Conocimiento

El psicólogo afirma que es necesario aprender a conocerse para que la relación vaya por buen camino. A pesar de que uno nunca termina de hacerlo, lo que hay que hacer es reinventarse cada día, manifiesta.

Hay que descubrir  las diferencias y peculiaridades de ambos, cada persona es única y singular. En esta etapa empieza a mostrarse como es realmente, en su totalidad y autonomía. Cada persona empieza a compartir sus experiencias y vivencias personales. Ya no hay tanta idealización, sino que el encuentro comienza a ser más real.

Convivencia

"La gente que cree en el amor para toda la vida, se compromete con un futuro que no existe, lo que muchas veces genera frustraciones", señala Gino, quien advierte que en la convivencia es donde se construye aún más la relación. 

Él pone el ejemplo de una relación a distancia, cuando ambos se ven  una vez al mes o de vez en cuando en la semana, que eso no es lo mismo que verse un 24/7, añade. "Puede que una relación que haya tenido dos años de duración a distancia se termine cuando la pareja conviva, porque definitivamente no es lo mismo", señala y dice que es en la convivencia donde se consolida el factor del compromiso mutuo y de la aceptación de la persona con su total legitimidad. 

"El aceptar que estas viviendo con una persona diferente a ti, que no necesitas de esa persona, implica que todos los días se convierta en una aventura agradable,  que es el irse descubriendo", menciona Escobar.

También indica que hay personas que se estresan porque quieren controlarlo todo y tener  una certeza de que todo va a ir bien, para seguir adelante con una relación, cuando esto no se puede predeterminar. Él manifiesta que este tipo de personas le ponen mucha razón a todo y son muy  obsesivas y lineales en sus vidas, incluyendo en sus relaciones de parejas, lo cual no es muy saludable. 

Lo cierto es que  las relaciones son tan complejas, como los seres humanos. Sin embargo, después de la atracción inicial que sientes por alguien, viene el conocimiento y aceptación de esa persona con un ser integral y llegas a convivir para para constatar si los momentos de compartir y solucionar problemas son más placenteros que displacenteros y así lograr un vínculo más sólido.

"Convivencia, Compartir  y convivir permite la consolidación de las relaciones afectivas y de pareja". Gino Escobar

Autoafirmación

Aquí hay que entender que la autorregulación y la autoestima, mientras más afinadas están, ayudarán a que tengamos relaciones afectivas de mejor calidad. Una persona con una autoestima adecuada, que no sea egocéntrica o que se envanezca, siempre va a aceptar al otro en su calidad de persona integral, no lo  hará de menos, no tratará de ser superior, procurará mantener una relación saludable, señala el psicólogo. 

Por eso lo importante es que ambos reconozcan sus propias capacidades y limitaciones, frente al hecho de construir su relación. Esto  implicaría que estoy dispuesto a aprender. "El creer que me sé todo, cuando estoy en una relación,  descalifica a la otra persona, porque creo que esta falla", asiente.

La relación de pareja desarrollar autoafirmación, porque se construye. Cuando la relación no avanza en la forma que ambos quisieran, porque cada uno está autoafirmado, la relación no progresa. Entonces, la autoafirmación indicaría el toque del autoestima,  validar tus capacidades y habilidades para comprometerte, para aceptar las ventajas o desventajas que proporciona el caminar en pareja.

"Los problemas, en una relación donde ambos deciden comprometerse voluntariamente de manera consciente, se resuelven como pareja y de eso se trata el compromiso, porque la arquitecta de la familia es la pareja".  

Crecimiento

Cuando una relación se vuelve monótona hay que buscar las vías necesarias para que crezca y evolucione. No podemos adaptarnos simplemente a estilo de vida, porque cada etapa es diferente. En algún momento la pareja deja de ser joven, luego son adultos, otros llegan juntos hasta cuando son ancianos y  por eso Gino habla de que hay que irse  adaptando a cada ciclo. 

Todo se trata de reenamorarse. Cuando sientas que las relaciones están tranquilas, no puedes quedarte en una zona de confort. Hay que aceptar la responsabilidad de que la otra persona no es la mitad que me hace falta, sino alguien con quien compartir mi felicidad. Es difícil y complejo en sociedades donde el autoestima está determinada por la aceptación social y no en la capacidad propia de amarnos y aceptarnos tal cual, manifiesta Escobar, 

Sin embargo, cuando se llega a una relación y no se ha terminado de crecer individualmente, puede darse el caso de que en la relación veamos responsable al otro como parte de nuestro estancamiento. Como que tu pareja no te apoya, porque crees que esa persona está obligada a respaldarte. Lo cual es un problema, porque no se debe pensar en el otro como algo que deseas poseer. Hay que diferenciar entre la cosa y la persona y es en esa capacidad de entendimiento donde las relaciones o bien se vuelven saludables o más bien tóxicas.

No se puede responsabilizar a otro de ser nuestra ancla, cuando somos nosotros los que elegimos esa ancla. Cuando se responsibiliza al otro de mi falta de desarrollo, le estoy dando un poder, que no posee. 

 

 

 

Adaptación

Sin embargo el crecimiento de la relación viene también de la adaptación a cada ciclo y del proceso de comprometerse. "Hay que estar dispuestos a reinventarnos cada día, junto a la persona que hemos elegido, sin crear una expectativa tan grande que pueda frustrar el desarrollo de la relación y de su crecimiento", manifiesta Gino.   

Él nos invita que ver la relación como un ser vivo que fusiona a dos personas que tienen como producto un primer "hijo imaginario", el cual es su relación y que este ser demanda, crece y vive a manera de que se lo va nutriendo. No es a la persona que hay que nutrir, sino a la relación, como dice Gino Escobar. 

Debemos aprender a reconocernos y en esto la autoestima va de la mano. "Tu selección va a ser casi perfecta si es que tienes buena autoestima, porque esta hace que reconozcas debilidades y fortalezas", señala el terapeuta familiar. 

Él añade que, muchas veces, la razón no es muy buena seleccionadora de pareja, pero en estructuras sociales racionalistas, se tiende más a valorar a la razón que a las emociones, cuando ambas deben ir de la mano, afirma. 

Es un juego en el que todos comparten. Ambas son necesarias para un deleite de la vida. Esto debe ir de la mano. Emociones y razones son ideales para tener relaciones saludables.

A esto, Escobar añade, que el respeto a sí mismo y hacia el otro es fundamental para que todo marche bien.  (E)