Pregunta: Soy divorciada, con dos hijas del primer matrimonio. Hace dos años conocí a mi actual pareja, y quedé embarazada. Trabajé hasta el cuarto mes. Al nacer el bebé, decidimos que yo lo cuidaría. En ese tiempo vivíamos solo los tres, pero al llegar mis hijas de 13 y 12 años, él empezó a fijarse en los gastos de la casa. Ahora quiere que mis hijas paguen de su pensión el arriendo y que colaboren con los servicios básicos, cuando la alimentación, vestimenta, salud y educación las paga el papá de ellas. Mi marido debe asumir los gastos del departamento, porque eso es nuestra responsabilidad. Discutimos tanto que se está deteriorando la relación.

Deyanira, Guayaquil

 

Publicidad

Respuesta: Cuando nos enfrentamos a una situación como esta, debemos tener en claro ciertos detalles:

–El afecto entre los miembros de la familia reconstituida nacerá y crecerá de forma espontánea, mas no por obligación.

–El respeto entre todos los miembros del sistema familiar debe promoverse, nadie puede tener privilegios. El respeto es para todos.

Publicidad

–Los padres biológicos siempre lo serán, evite imponer a su pareja que ocupe ese sitio.

Podría presumir que su esposo tiene una situación económica difícil que lo lleva a pedir apoyo; si fuera así habría que comprender la situación y buscar medios para mejorarla, podría ser que usted se reincorpore a la vida laboral, de tal forma que generen dos ingresos.

Publicidad

Si el problema no es económico, la situación se presenta más dura; él estaría demostrando falta de objetividad, pues se casó con una mujer con dos hijas menores de edad. Obviamente, vivirán con la nueva pareja, y el arriendo suele ser pagado por el jefe de familia, sea quien sea, ya que esta persona forma parte del sistema familiar, con derechos y obligaciones. Exigir que las menores paguen parte de estos gastos es algo inusual.

Narra usted que al nacer su último bebé vivían solo los tres y su esposo no reclamaba nada. ¿Por qué vivían solos los tres? ¿Con quién vivían las niñas y por qué? Esto es muy importante, ya que las decisiones generan reacciones. Es probable que al salir las niñas del sistema familiar, su esposo asumió que esto sería definitivo y eso se reforzó con la decisión de que usted dejara de trabajar. Usted no genera ingresos y se queda al cuidado de su niño pequeño, su esposo se adapta y la familia se transforma. Las niñas retornan al sistema familiar y empiezan los problemas y fijaciones.

Mi opinión es que se le ha dado un mensaje equivocado a su actual esposo, y a partir de eso, él considera que debe proteger solo a usted y al nuevo hijo. Le sugiero que antes que nada, recuerde que sus hijos son tres, que todos son menores de edad, que es beneficioso para la salud mental de ellos que crezcan en un hogar estable, que usted y su esposo son responsables de ellos, que es muy bueno que cuenten con el apoyo afectivo y económico del padre, pero que los tres están custodiados por la madre.

Charle con su esposo, hágalo con respeto pero con firmeza, sus niñas son parte de la familia, esto debe estar claro, ellas no estarán de un lado a otro, deben tener un hogar estable. Pongan reglas de convivencia para todos y procuren participar de sesiones de terapia familiar que les pueden mostrar formas más funcionales de convivencia. Las familias reconstituidas pueden ser felices, unidas y gratas.

Publicidad

Sonnia Navas Gafter, psicóloga clínica y magíster en Terapia Familiar Sistémica.