Si bien es muy positivo que los padres tengamos conciencia de fortalecer un buen concepto de sí mismos en los niños, lo que está mal es que los padres nos desbordemos en el reconocimiento que les damos a los hijos por cualquier acierto o progreso que hagan y que por eso les celebremos con “bombos y platillos” todos y cada uno de sus logros, por ínfimos que sean.