El último “alboroto” de Clint Eastwood es Earl Stone, el personaje de La mula (The Mule), su más reciente película –también la dirige– que muestra a esta persona con un pequeño y próspero negocio que crece. Se trata de una plantación de lirios que son su pasión. Es un anciano que tras la inocente fachada de un laborioso florista, se dedica a traficar droga.

El filme está inspirado en el artículo de la revista del New York Times, ‘The Sinaloa Cartel’s 90-year-old drug mule’, escrito por Sam Dolnick, y ha sido llevado a la pantalla por el guion de Nick Schenk. Pero obviamente, algunos detalles han sido ficcionalizados.

En realidad, la mula era Leo Sharp (1924-2016), un veterano y bisabuelo estadounidense de la Segunda Guerra Mundial que por sus servicios en el frente militar recibió la Estrella de Bronce. Apareció en las noticias como un rompecabezas sin resolver. Decidió dedicarse a esta actividad luego de que, a sus 80 años, se encontraba en bancarrota (afirmó haber sido propietario de una pequeña compañía aérea), solo (era encantador con toda mujer que pasaba a su lado, razón por la que su esposa se separó de él) y enfrentando la ejecución hipotecaria de su negocio. En esta precaria situación se le presentó la oportunidad de ganar un buen dinero y solo tenía que conducir.

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Para ese entonces, Sharp se había convertido en un horticultor y florista conocido por hibridar las nuevas razas populares de flores, específicamente las azucenas. Alcanzó fama mundial, pero tenía muchas deudas y terminó firmando como transportista de droga para un cartel mexicano, el de Sinaloa.

Cuando tenía 90 años, Sharp fue enviado a prisión tras ser detenido con una cantidad de cocaína valorizada en 3 millones de dólares dentro de su camioneta. Siempre conducía solo y había logrado evitar la detección de la DEA durante casi una década.

En la nota del NYT se lee que ningún mensajero había sido más prolífico que el Tata –apodado Sharp así por el cartel–. Lo hacía en su camioneta que él mismo conducía. El veterano se había convertido en una fuente de cocaína para un solo líder traficante, trabajando a una escala que la oficina de la DEA de Detroit nunca había encontrado. De acuerdo con los registros de drogas manuscritos del cartel que el gobierno obtuvo, el Tata entregó 246 kilos en febrero de 2010; 250 kilos en marzo; otros 250 kilos al mes siguiente; 200 kilos al siguiente; y otros 200 al siguiente. “Antes de que te des cuenta”, dijo el agente especial Jeff Moore, “es una leyenda urbana”.

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En el tráiler de la película se escucha decir a Eastwood en su papel: “La familia es lo más importante. No hagas lo que hice yo, puse el trabajo por delante de la familia”. El actor llena el retrato de su mula con licencia creativa, característico humor seco y una holgura que parece casi completamente ajena al mundo de los carteles asesinos. También hay un poco de editorialización política y un flirteo con la autocrítica del cineasta de 88 años.

Para hacer ambos trabajos, lo he hecho tantas veces que nunca he marcado la diferencia. Dirigir una película es lo mismo… Es un poco más tranquilo de esa manera. No tienes que vestirte. La gente no entra y se peina o lo que sea. Es un poco más pausado, pero diferente. Pero ambos tienen una aventura. Es una nueva aventura. Es una nueva historia. Tiene nuevos obstáculos. Así que eso es lo que lo mantiene emocionante

Clint regresa a la interpretación seis años después de protagonizar Golpe de efecto (Trouble with the Curve) y con La mula da un interesante giro. No solo porque vuelve a dirigirse a sí mismo diez años después de Gran Torino, sino porque sus últimas películas giraban en torno a héroes de la historia reciente de su país: El francotirador (American Sniper), Sully y la mencionada Tren a París.

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Pero en su nuevo trabajo el protagonista es distinto, es un hombre desesperado que se mete en la boca del lobo. Eastwood modeló su personaje en parte de su propio abuelo, quien era dueño de una granja de pollos que el cineasta visitaba de niño. “No era el tipo que se fue e hizo muchas cosas salvajes, pero podría haberlo sido, si fuera de otra naturaleza”, dice el director. “Trabajó como un hombre mayor, se movió como un hombre mayor y traté de emular su caminar, hablar y todo lo demás”.

La película parece ser un papel emocional para Eastwood, ya que su personaje está lleno de arrepentimiento y tristeza por sus acciones. Trabajar como actor y director a la vez es algo que el veterano actor hace casi sin problemas. “Para hacer ambos trabajos, lo he hecho tantas veces que nunca he marcado la diferencia. Dirigir una película es lo mismo… Es un poco más tranquilo de esa manera. No tienes que vestirte. La gente no entra y se peina o lo que sea. Es un poco más pausado, pero diferente. Pero ambos tienen una aventura. Es una nueva aventura. Es una nueva historia. Tiene nuevos obstáculos. Así que eso es lo que lo mantiene emocionante”, declaró.

Lo acompañan en este drama Bradley Cooper, Laurence Fishburne, Michael Peña, Dianne Wiest, Andy García, Alison Eastwood (hija de Clint), Taissa Farmiga, entre otros.

La mula ya está en carteleras ecuatorianas desde el viernes 11 de enero. (A. C. J.)

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