Comer tarde repercute en las bacterias de nuestro organismo y eso puede provocar problemas metabólicos e intestinales, inflamación, peor pérdida de peso si seguimos una dieta y obesidad. La investigadora Marta Garaulet, experta en cronobiología, lo ha comprobado en un estudio de la Universidad de Murcia en colaboración con la Universidad de Harvard. ¿Pero qué es comer tarde? Lo ideal es comer entre las 13h30 y las 14h00, señala la catedrática de Fisiología de la Universidad de Murcia. “Hemos demostrado que hay un ritmo diario en la microbiota”, explica Garaulet. Eso quiere decir que la diversidad de las bacterias cambia a lo largo del día y de la noche. “Y a mayor diversidad, mejor salud”, apunta. Un cambio de ritmo que han observado en un estudio, publicado en la revista científica The Faseb Journal, centrado en diez mujeres, de 22-23 años y de constitución delgada, que comieron lo mismo, pero una semana a las 14.00 y otra semana a las 17.30 horas. (F)