El alto índice delincuencial que sufre Guayaquil, así como el consumo de drogas en jóvenes propiciaron que moradores de las calles 17 y Chambers, en el suroeste, tomen acciones en esa zona.

Eddy Olivo, presidente del comité barrial Unidos en la Lucha y Justicia Social, indicó que desde hace varios meses han emprendido el desarrollo de charlas comunitarias para niños y jóvenes del sector.

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El objetivo de esta actividad, dijo, es brindar una oportunidad para que los menores que habitan en esa zona puedan acceder a un espacio de entretenimiento y aprendizaje.

La docente María Auxiliadora Moncayo, residente del sector, es la encargada de impartir las clases. Lo hace en el garaje de su vivienda. Al menos 20 niños, niñas y jóvenes acuden cada sábado para recibir las enseñanzas.

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Moncayo dedica dos horas a los chicos. El proyecto se denomina Cuenta Cuentos. Para ese tiempo, la profesora se prepara con la selección de los textos que compartirá con los menores. Luego ellos realizan diversas actividades lúdicas a base de lo aprendido.

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“Nosotros fuimos niños de este barrio y tuvimos una infancia con muchos límites, con muchas necesidades, pero sentimos que fuimos felices, muy amados por nuestros padres y muy cuidados. Eso queremos transmitir a nuestra comunidad y salvarla”, manifestó Moncayo, quien también es parte del comité.

La docente señaló que a través de estas actividades intentan que los niños del sector eviten incursionar en asuntos nocivos y puedan a la vez aprender valores, que los ayuden a vivir en convivencia. Por ello parte del tiempo también lo emplea para enseñar a valores, buenos modales, y costumbres.

“La idea es rescatar a la infancia dentro de nuestras posibilidades y dentro de nuestro tiempo”, indicó Moncayo, cuya casa es una especie de escuelita formativa.

El proyecto lleva más de seis meses en ejecución. Moncayo sueña con continuar la tarea educativa en el barrio y anhela obtener más materiales para la enseñanza.

El comité busca acercamientos con otros similares para impulsar más iniciativas que contribuyan al bienestar comunitario. Olivo explicó que están trabajando con grupos de la parroquia Febres Cordero para realizar actividades simultáneas en diversos sectores.

“En el Cisne 2 estamos organizándonos para trabajar con los comités. Nosotros sacrificamos nuestras horas de familia con la finalidad de construir una sociedad donde se pueda vivir en paz. El legado que nosotros les podemos dejar a nuestros hijos es ese”, manifestó el líder comunitario.

Agregó que el enfoque es recuperar los valores perdidos en la sociedad. Por ejemplo, días atrás participaron junto con la Policía Nacional y otros comités en una casa abierta para conmemorar el Día Internacional de la No Violencia contra la Mujer.

“Nuestra finalidad es llegar a un cambio social sin intereses económicos ni políticos. Una problemática social que está ganando terreno es la violencia intrafamiliar, nosotros estamos atacando ese problema, que es una de las consecuencias de las personas que consumen drogas, alcohol”, refirió Olivo.

Agregó que se agruparon como comité el 25 de julio de 2019. Durante la primera cuarentena por la pandemia de COVID-19, dijo Olivo, no recibieron aportes por parte de entidades gubernamentales ni municipales.

Con autogestión lograron realizar proyectos sociales y de apoyo para la comunidad. No obstante, se encuentran en búsqueda de aportes para expandir sus iniciativas. Aspiran a que otros comités de diversas parroquias se sumen y repliquen los proyectos comunitarios.

Si bien los barrios tienen diferentes problemáticas, creen que con proyectos enfocados en la niñez y juventud se pueden reducir una serie de conflictos. (I)