Cada sector debe tomar acciones preventivas y analizar cómo está para elaborar planes de contingencia ante el anuncio de la llegada del fenómeno de El Niño al país. Esta fue la recomendación a la que llegó María del Pilar Cornejo, experta en reducción de riesgos de desastres, oceanografía y cambio climático.
La especialista participó en un conversatorio que se realizó en Guayaquil la tarde de este martes, 20 de junio, en el que se abordaron los riesgos sociales y económicos del fenómeno climatológico en Ecuador.
Publicidad
Actualmente, afirmó Cornejo, hay síntomas que permiten prever que se está gestando el fenómeno de El Niño y que sus efectos podrían esperarse al menos en dos fases: diciembre-febrero 2024 y junio-agosto 2024.
Lo último que se sabe del fenómeno de El Niño
Por ahora, se han generado eventos extremos por el cambio climático. Estos eventos, dijo la experta, se parecen a los de El Niño y van a ser cada vez más recurrentes.
Publicidad
En ese sentido, aseguró, el país debe prepararse no solo para el fenómeno, sino para eventos extremos que pudieran darse.
Cornejo citó que se pueden generar efectos en varios sectores, como en el de salud, con la presencia de enfermedades como el dengue, leptospirosis, conjuntivitis, infecciones y mordeduras de culebra; en la parte de agricultura, acuacultura y pesca, con problemas logísticos, daños en muros y accesos, migración de especies, plagas e inundación de cultivos.
En lo que respecta a infraestructura, los efectos pueden estar en la afectación de vías, impactos en el saneamiento y en fuentes de agua potable e incluso en la distribución de energía.
Para Cornejo, los sectores deberían tomar las tablas de afectación por sector que se hicieron durante El Niño de 1997 y 1998 como punto de partida para ejecutar acciones en un escenario complejo y que se puede repetir.
Esta sería una hoja de ruta para la elaboración de planes de contingencia, medidas de prevención y mitigación y análisis de riesgos de acuerdo con cada actividad.
¿Qué sucede en Guayaquil?
En Guayaquil, parte de lo que explica el incremento de sitios inundados con la llegada de las lluvias es la urbanización sin planificación hídrica.
Mijail Arias, docente y miembro del Centro de Agua y Desarrollo Sustentable de la Espol, citó que la ciudad perdió espacios que naturalmente mermaban la acumulación de agua y, con ello, se aumentó la vulnerabilidad de determinadas zonas.
Fenómeno de El Niño: qué es y cuándo llegará a Ecuador según los científicos
La Espol, firmas holandesas y el Municipio de Guayaquil, basándose en el estudio del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) sobre vulnerabilidad y adaptación al cambio climático en Guayaquil, propusieron un proyecto para la parroquia Febres-Cordero, por ejemplo, con soluciones basadas en la naturaleza.
Este es un conjunto de medidas complementarias a las tradicionales para adaptarse a eventos adversos. Allí se contemplan carreteras permeables, líneas verdes y calles transitables, en las que se maximice el espacio para el peatón con la implementación de áreas verdes.
“La nueva Administración tiene la oportunidad de continuar e impulsar este proyecto, bien sea en Febres-Cordero o replicarlo en otras áreas que se conoce que tienen problemas de inundaciones”, dijo Arias. (I)