Es una calle pero no parece calle. Parece una ruta fluvial con aguas lodosas y malolientes. A los costados hay viviendas de caña, de construcción mixta y hasta de cemento rodeadas de fango. Hay solares llenos de monte que también son pozas de aguas putrefactas. Es una calle de la cooperativa Elsa Bucaram, en norte del cantón Durán.

Esta cooperativa es una las decenas de sectores duraneños afectados por el invierno, donde hay inundaciones hasta sin lluvia, calles lodosas, llenas de baches que son focos infecciosos.

Los conductores de autos tratan de salir de estos sitios con cuidado y temor de que se queden atascados y algunos habitantes caminan en puntillas, buscando espacios secos para no ensuciarse hasta llegar a una calle sin lodo. Esta condición es de todo el invierno y continuamente ha permanecido.

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En el sector de la Elsa Bucaram varios niños disfrutan tirándose a las aguas empozadas como piscinas frente a sus casas. Se divierten mientras la basura gira su alrededor.

“Siempre hemos tenido esta agua empozada por el invierno y también en el verano nunca se seca dado que carecemos de alcantarillado”, comenta Odalys Farfán, mientras observa a sus hermanos bañándose.

En la cooperativa Cali Murillo habita Leslie Vargas, dueña de una tienda de alimentos situada al frente de una calle llena de agua y lodo, Explica que el invierno los ha azotado ya que el agua se le entra a su negocio y nadie va a comprar. Asimismo, la vía siempre ha estado con aguas estancadas porque no cuentan con sistema de drenaje y en las tardes hay una gran cantidad de mosquitos.

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La calle con huecos y con pozas de agua y lodo están en ese estado por 30 años y ninguna autoridad lo ha arreglado.

Leslie Vargas, habitante de la Coop. Cali Murillo.

De igual manera, Walter Chávez teme que su sobrino se enferme de dengue dado que sale a jugar en las tardes con sus primitos y están expuestos por estos insectos a las enfermedades.

La casas son bajas y el agua con el lodo se les ingresa a sus hogares inundando todas las cosas personales, además, varias culebras se les meten, relata Chávez.

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Mery Vera, moradora de la cooperativa Los Naranjos, ha tenido que sacar agua de su casa y matar decenas de culebras porque vive al lado de un solar vacío y debido a la lluvia ha crecido el monte y ahí se anidan las serpientes e ingresan a su domicilio. Ella exige que arreglen las calles puesto que el alcalde prometió que la arreglará; han pasado varios años sin ninguna respuesta de distintas autoridades.

A 3 kilómetros se encuentra el sector Huerto familiar, donde viven aproximadamente 20 familias de escasos recursos que les afecta los caminos que son lodazales. Entre vecinos tienen que aportar con dinero para poder comprar cascajos y rellenar las sendas más dañadas.

Fátima Macías, habitante del sector, vive con sus seis hijos en una casa de tablas. Ella sale a trabajar todos los días con dificultad ya que siempre se ensucia el calzado. Teme que el invierno destruya sus enseres puesto que se le filtra el agua en su casa y tiene que guardar todos sus alimentos en las partes altas y se dañen.

En diferentes sectores del cantón se registran decenas de moradores que luchan por sobrevivir a estas situaciones vulnerables, exponiéndose a peligros y diversas enfermedades. Estos no cuentan con alcantarillado y las aguas servidas se mezclan con el agua de la lluvia y se convierten en charcos de agua empozada y maloliente.

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Allí solo se abastecen de agua mediante tanqueros. Los residentes señalan que los conductores de esos vehículos ya no quieren pasar a sus sectores por los grandes huecos y desisten de abastecerlos. Solo tienen agua lluvia para poder hacer sus quehaceres.

Eduardo Quimí, jefe de la Dirección de Gestión de Riesgos (DGR), explica que sí se está atendiendo a los afectados. Actualmente se encuentran analizando la problemática de los sectores para poder auxiliarlos. Dice que se están construyendo canales de desfogue y llevan brigadas médicas y de fumigación. Además se envían tanqueros de agua potable a las zonas anegadas y evacuando las aguas empozadas de las calles para que los vehículos tengan paso libre, según el funcionario.

La pavimentación de calles es lo que exige la gente para tener un sector seguro y sin problemas. Pero Héctor Velasteguí, director de Obras Públicas municipales, comenta que esos trabajos solo se los realiza en los sectores que están legalizadas por el Municipio y si no están aprobados esos sitios como invasiones no pueden intervenir. (I)