A diferencia de la creciente inseguridad que se vive en las calles de Guayaquil, las alertas que generan los botones de auxilio ubicados en los taxis amarillos, formales o regularizados, han bajado drásticamente. Literalmente, a cero.

Así lo reflejan las estadísticas del Servicio Integrado de Seguridad ECU911, que precisan que en los años 2020 y hasta octubre de 2021 ningún pasajero, ni el conductor del taxi, han activado el llamado botón de pánico dentro de estas unidades de transporte en la urbe porteña. A nivel nacional, el ECU911 solo ha recibido dos alertas este año y seis el año pasado.

La cifra, lejos de tranquilizarlo, le preocupa a Bolívar Tello, subdirector de operaciones del ECU911, especialmente cuando analiza las alertas reportadas en años anteriores en el país. “De las estadísticas, en el 2015, a nivel nacional hubo 2.553, y ahora solo veo dos, eso es preocupante”, advierte Tello y sugiere investigar las razones de la estrepitosa caída de alarmas en los taxis, vehículos que junto a los buses interprovinciales forman parte del programa Transporte Seguro, iniciado por la Agencia Nacional de Tránsito (ANT) desde 2014.

Publicidad

Desde este martes 9 de noviembre solo el 50 % de buses urbanos circularán en Guayaquil, anuncian transportistas

Este plan buscaba monitorear las unidades en tiempo real y atender las emergencias ciudadanas mediante la instalación de equipos tecnológicos como cámaras y botones de auxilio. Estos botones, de color rojo, se colocaron en sitios de fácil acceso para el conductor y el pasajero. Incluso, un botón se ubicaba en la cajuela del vehículo ante posibles secuestros extorsivos. Cuando un ciudadano o el conductor corría peligro podía activar el botón de auxilio y una señal llegaba al personal de despachadores de la ANT, ubicados en las salas operativas del ECU911, así ellos coordinaban con los operadores de esta institución para enviar la ayuda emergente.

De los casi 12.000 taxis que hay en Guayaquil, el 25 %, unas tres mil unidades, no cuentan con los equipos tecnológicos de seguridad, afirma George Mera, presidente de la Unión de Taxistas de Guayaquil. “No tienen, porque no hay dónde adquirirlo, se los dejó de traer y los compañeros nuevos no tienen”, afirma el dirigente y advierte que, en cambio, aquellos que sí recibieron el kit de cámara y botones de auxilio ya lo tienen deteriorado. “Unos aparatos están funcionando bien, otros ya ni repuestos tienen”.

En Quito, sucede lo mismo, evalúa Guillermo Abad, exsecretario de Movilidad en el Municipio capitalino. “Gran parte de estas cámaras ya no se utilizan, se dañaron, no hubo mantenimiento adecuado, se desconectaron, y claro porque la inversión fue estatal”, indica Abad, fundador de Justicia Vial, veedora en vialidad.

Publicidad

En todo el país, según las cifras de la ANT, 11.000 buses intra e interprovinciales cuentan con los equipos de seguridad, así como 45.000 taxis. El director del proyecto Transporte Seguro, Carlos Fernández de Córdova, defiende la operatividad de estos aparatos cuando se le consulta si las pocas alertas se debe a que los equipos no funcionan.

“De ninguna manera, nosotros estamos todo el tiempo monitoreando que los equipos estén instalados en las unidades y de no ser así se notifica a la operadora. Tenemos talleres para atender cualquier mantenimiento”, asegura el funcionario, quien atribuye a la pandemia la baja de activaciones de los botones de auxilio.

Publicidad

El programa Transporte Seguro tiene en nómina 18 empleados, incluidos los despachadores que reciben la alertas de los botones de auxilio. Su presupuesto ha variado en los últimos años, según las fases en que se ha dotado equipos al sector. En el 2018 se asignaron $ 45 millones, en 2019 se entregaron $3 millones, el año pasado $ 793.000 y este año $332.000.

Estamos con un presupuesto prorrogado. Para el próximo año se ha solicitado $1 millón, también se está buscando fondos de autogestión, convenios...

Carlos Fernández de Córdova, director del proyecto Transporte Seguro.

Fernández de Córdova recalca que los equipos son obligatorios para los buses, pero no para los taxis.

En Guayaquil, la Agencia de Tránsito y Movilidad (ATM), dice su director de Transporte, Fernando Amador, no tiene competencia para la seguridad en los taxis o el manejo de los kits tecnológicos. “Eso es un programa que lo maneja la ANT. En la transferencia de competencia es para trámites de habilitación, cambio de operadora, deshabilitaciones, matriculación, esas son nuestras competencias, pero para el kit de seguridad no, ni siquiera tenemos acceso a los videos de la cámaras”, recalcó Amador.

La renovación de los equipos, y la seguridad de quienes se movilizan en los 12.000 taxis de Guayaquil es incierta. El dirigente George Mera afirma que el costo de la renovación no lo puede asumir el gremio. “Es imposible que tenga otro gasto el compañero, recuerde que el taxímetro lo tenemos ahí de adorno”. (I)

Publicidad