Cecilia Maldonado, una guayaquileña de 58 años, dedicó 26 de ellos a forjar su empresa en la industria de la confección. Tuvo más de nueve colaboradores, once máquinas en su taller, contratos con distribuidores y hasta proveía del vestuario a empresas. Sin embargo, al llegar la pandemia todo se paralizó y cerró por completo la producción de su empresa.

La liquidación de su negocio fue uno de los emprendimientos y empresas que desaparecieron en medio de la pandemia, ocasionando 532.359 empleos perdidos en 2020, según el análisis detallado en el Plan Nacional de Desarrollo.

En el país, entre marzo y diciembre de ese año, según el Ministerio de Trabajo, unas 625.396 actas de finiquito se legalizaron. De esa cifra, Guayas concentró 185.518.

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Cecilia recuerda que fue muy duro liquidar su negocio, pues este le dio tantas alegrías en la industria de la confección, teniendo boutiques, siendo diseñadora de vestuario para varios medios de comunicación.

“Fue mucha tristeza para mí, intenté mantenerme de pie, pero se movía muy lento la industria, no se podía recuperar. Entonces me jubilé. Cerré todo, pero siempre las clientes fieles me buscaban, los amigos y familiares cercanos, quienes siempre confiaron en mi trabajo. “Me pedían de todo, vestidos de novia, quinceañeras, arreglos”, manifiesta Cecilia, que trata de resurgir y cuenta su experiencia en este Día del Trabajo.

Botón Botón es el emprendimiento que empezaron Cecilia y su hija como un resurgir de lo que fue su gran taller de costura que duró 26 años hasta la pandemia. Foto: José Beltrán/ EL UNIVERSO Foto: El Universo

Ella mantuvo sus once máquinas, varios insumos de costura del taller, por lo que se mantenía algo activa en esta industria. Sin embargo, al reunirse con su hija Andrea Villacrés logró dar un giro para poder retomar su negocio.

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Ahora, tres años después de ese amargo episodio, nació Botón, Botón de la mano de su hija. Este emprendimiento que acaba de abrir sus puertas en el sector de Urdesa tiene el enfoque de revivir las viejas prendas con ajustes y cambios que pueden hacerlas lucir diferente.

“Puedes hacer realidad tu prenda soñada. No se trata solo de arreglar la ropa, sino de cambiarla para que sea reutilizada“, explica Andrea.

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Ella comenta que ahora en el mundo de la moda las prendas se usan y desechan con una facilidad y que por ende hay un montón de contaminación por la enorme cantidad de residuos textiles.

“Entonces, enmarcados en la moda sostenible, proponemos a Botón, Botón como una alternativa para darle una nueva vida a sus prendas, contando con la asesoría y la experiencia de mi mamá, que trabajó por años en esta industria”, afirma Andrea.

Tanto Cecilia como su hija están entusiasmadas con este resurgir y apuestan por su ciudad para construir sus nuevos sueños como otros guayaquileños. Además buscan poder dar más fuentes de trabajo a futuro como en años anteriores. (I)


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