El crecimiento de maleza y el abandono de basura causan molestias entre los vecinos que frecuentan un parque de la etapa 14 de la Alborada, entre la manzana 1 y 2, en el norte de Guayaquil.

El fin de semana anterior, desde la calle 1er callejón 20 NE se ingresaba a esta área recreativa al cruzar por caminos de tierra y adoquines que estaban rodeados de monte crecido. Asimismo, los bancos de cemento distribuidas en varios rincones del parque estaban con maleza en sus entornos.

Para los moradores, este ambiente desalienta la presencia de niños que suelen acudir con sus padres para pasar un momento de esparcimiento y distracción.

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Aquello en los recientes meses no se puede dar con normalidad, ya que ahora la maleza también ocupa las zonas de los juegos infantiles, como resbaladera, subibaja y columpios.

Estas estructuras, en constrate, se mantienen en buen estado, pero con dificultad de uso por el actual panorama.

“Solían venir bastante niños, pero no vienen con lo que el área está desprotegida, no le dan seguimiento los de áreas verdes como debe ser”, lamentó un vecino, Alejandro, quien añadió que este asunto, además, motiva la proliferación de mosquitos que llegan a predios cercanos.

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En uno de los costados del parque hacia el 1er callejón 20 NE también permanecían dos grandes rejas y del otro costado, junto a un árbol, se perciben malos olores producto del uso indiscriminado del espacio como urinario público.

Por estos problemas vecinos pidieron que se ofrezca un mantenimiento más seguido del parque, tanto en labores de limpieza como de remoción de desperdicios.

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Además del uso de los espacios de distracción y de contemplación, debido a la ubicación del parque, que cruza dos manzanas, los ciudadanos deben circular por la zona para movilizarse hacia la av. José Luis Tamayo, con el fin de adquirir productos o tomar el transporte público. Esa actividad se da en medio del panorama de maleza.

“Toca pasar en medio de este ambiente que se vuelve deprimente para el buen vivir”, dijo otro vecino, Luis.

También Alejandro, vecino de la zona, sugirió que las autoridades pueden acercarse a la zona para dictar talleres o charlas a los vecinos sobre qué se debe hacer o a qué trámites se pueden seguir para la asistencia de los organismos competentes a dar mantenimiento o también incluso motivar una minga que integre a la comunidad para aprender sobre los cuidados básicos del parque.

En ocasiones, este morador dijo que algunos vecinos se unen para pagar a una persona que se encargue de dar el mantenimiento básico. (I)

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