A Jacobo Palacios se le ocurrió, como parte de la tradicional elaboración de monigotes gigantes, armar en este año la escenografía de un clásico de Disney: La Bbella y la Bestia.
En las calles Febres Cordero entre la 15 y la 16, en el sector del suburbio, armó de a poco a los personajes principales, cada uno de cinco metros. A la Bella la elaboró y pintó con los colores característicos de la escena del baile en el gran salón, su vestido amarillo con capas. A la Bestia, poco a poco, la esculpió con cartón y espuma, además añadió felpa para dar el aspecto del pelaje.
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En la parte posterior armó los ventanales del gran salón y los personajes como la Sra. Potts, Lumiere, Din Don, entre otras figuras que forman parte de la película de 1991.
Jacobo si bien empezó en 2009 con la afición de elaborar monigotes gigantes de temáticas clásicas fue desde su niñez que se dio cuenta de que tenía el don para el dibujo y la pintura.
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De niño participaba en concursos de la escuela, en el colegio Numa Pompilio Llona también continuó su inclinación hacia el arte, a pesar de que se graduó en la especialidad de Contabilidad. Ya en su adultez se inclinó por el diseño gráfico, profesión que actualmente ejerce.
De hecho, tanta es la entrega que tiene por la elaboración de los monigotes, que a finales de octubre pone una pausa a sus actividades y se dedica 100 % a la elaboración de los gigantes de cartón. Él labora desde casa, en una oficina que habilitó dentro de su vivienda.
En su barrio creció con la tradición de los gigantes, por ello empezó poco a poco a sumergirse en la creación de estas obras que son admiradas cada diciembre desde muy joven. Inició armando monigotes pequeños de cartón y cada año les iba incrementando el tamaño.
A sus 33 años, se considera como una persona clásica. Opta por personajes de aquellas películas o series que son recordadas por niños, jóvenes y adultos, que tienen más de 20 o 30 años. Por ello ha elaborado escenografías de El Chavo del 8, de King Kong, de Alicia en el país de las maravillas y de Dragon Ball, en los últimos años.
La Bella y la Bestia, sin embargo, no es la primera vez que la realiza, pues en 2012 la levantó junto a otros vecinos.
El factor diferenciador de este año es que elaboró una maqueta en la que proyectó el armado de un escenario que ocupe casi el ancho de la vía, que queda frente a su vivienda. Volvió a ver la película de Disney, seleccionó ciertas escenas y luego escogió la que sería más representativa para levantar en su zona.
En abril de este año fue cuando decidió que la temática sería la que elaboraría para la Ruta de los Gigantes que se inauguró el viernes, 22 de diciembre. En uno de los programas que maneja por su profesión fue en donde calculó las dimensiones y la proyección en 3D que tendrían cada uno de los muñecos.
Durante el año, poco a poco, ha ido pintando y armando las piezas de los más de doce personajes que forman parte de la escenografía. Desde octubre ha dedicado noches y madrugadas para avanzar con el montaje.
El rostro de los personajes lo formó con papel higiénico remojado con agua pegamento. Para colocar textura se usó plumón para dar el efecto de piel a la Bestia.
En este año, dado el anuncio de la llegada del fenómeno de El Niño y las lluvias esporádicas, optó por recubrir los personajes con resina y levantar un techo para protegerlos del agua.
Hasta inicios de diciembre, Palacios había invertido casi $ 700 en la compra de cartones, pintura, telas y madera para el esqueleto de los personajes.
Dentro del escenario, se habilitaron escaleras y una tarima para que las personas que acudan a observar el monigote puedan sacarse fotografías. En el sitio está colocado, además, un parlante en el que se reproduce la canción del vals de la escena del salón rosado.
Para la noche, uno de los vecinos ayudó a conseguir cinco tachos de luces blancas que están colocados en diferentes puntos de la escenografía para resaltar los detalles de los personajes. Inicialmente, se contempló que se coloquen aparatos para que la estructura de los personajes sea movible, sin embargo, por el anuncio de las lluvias y por poco presupuesto se descartó esta idea.
“Lo que quiero es que cuando vengan las personas sientan lo bonito que es recordar un clásico, aquí hay mucho trabajo, hay noches enteras que espero sean apreciadas en el producto final”, dijo el artista Jacobo Palacios. (I)