Médicos, psicólogos y terapeutas hicieron eco de la importancia de las actividades físicas y al aire libre para niños con el trastorno del espectro autista a propósito del Día Internacional del Autismo y del Día de la Actividad Física, que se conmemoraron el pasado 2 y 6 de abril, respectivamente.

Especialistas detallaron que el rol de los padres es fundamental para identificar si en los primeros meses de vida del niño hay algún signo de alarma compatible con el trastorno del espectro autista (TEA), que puede provocar problemas sociales, comunicacionales y conductuales.

El psicólogo Sebastián Salazar, líder del Servicio de Psicología del hospital Monte Sinaí, explicó que ellos tratan a 20 pacientes mensuales con autismo. Él manifestó que el promedio de edad en que se detecta el autismo según sus atenciones es a los 8 años.

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Cómo se evalúa y diagnostica un trastorno del espectro autista

“Es bueno cuando los padres pueden darse cuenta [a la edad] de uno o dos años; es la edad clave para detectar. Si lo tiene, poder empezar terapias que le servirán en los próximos años. Pueden ser niños destacados en lo académico y laboral. No es lo mismo detectarlo ya avanzado, cuando el niño ya tiene 8 o 9 años; hay mucho tiempo perdido. Es mejor darse cuenta a tiempo”, comentó.

Acotó que hay autismo de bajo rendimiento y autismo de alto rendimiento, como el síndrome de asperger, que permite que la persona pueda desarrollarse de forma exitosa en sus actividades, incluso a nivel profesional, como el futbolista argentino Lionel Messi.

Suelyng Layman, psicóloga clínica especializada en Neurociencia Cognitiva y del Comportamiento, explicó que las características principales del TEA son el déficit de la comunicación y también los comportamientos corporales particulares, como por ejemplo:

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1.- Comunicación verbal y no verbal

La especialista indicó que los niños con TEA tienen limitaciones en la comunicación verbal y no verbal. El niño de dos años no habla; los padres piensan que es problema de audición, pero es un interés restringido. Tienen problemas para expresar sus gestos, no señalan lo que les interesa, evitan mantener la mirada al conversar, no tienen contacto visual.

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2.- No expresan sus emociones

Tanto especialistas como padres detallaron que algunos niños con este trastorno se vuelven alejados, desconectados del medio, con apatía; no buscan abrazar ni ser abrazados. Salazar explicó que no es que no tengan cariño o apego por su familia, sino que ellos se sienten cómodos al estar concentrados en actividades solitarias; en fin, estar solos.

3.- Caminatas y dificultad para mantenerse sentado

Psicólogos explicaron que una de las características de los niños con autismo es que no pueden quedarse en un solo lugar; optan por caminatas.

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4.- Dificultad de adaptación

Se vuelven irritables cuando hay un cambio de rutina; en algunos casos suelen volverse agresivos o impulsivos, hasta podrían llegar a hacer rabietas incontrolables. Además de tener reacciones poco habituales al olor, el gusto, el aspecto, el tacto o el sonido de las cosas.

5.- Se fijan en detalles de algún objeto, no en su funcionalidad

En niños con TEA es característico que se fijen en un detalle muy particular del juguete u objeto, y no en su funcionalidad. Salazar explicó que, por ejemplo, tienen una fijación en el diseño del carrito, en sus rayas, y no si sirve para rodar o para jugar. Además adoptan objetos para que los acompañen en su jornada, como fundas, campanas, papelitos, etc.

Suelyng Layman, del centro Bienestar Neuro-Psicológico, explicó que las terapias psicológicas y de lenguaje son importantes en el proceso de un niño con TEA. Foto: Cortesía.

Sin embargo, a más de la terapia psicológica, especialistas indicaron que la actividad física tiene gran influencia en su comportamiento; se la puede realizar con ellos para que eliminen el estrés, las tensiones o la ira. Estas pueden ser:

Deportes

El deporte para los niños con autismo es fundamental, y la natación es el principal deporte que aconsejan para los niños con algún grado de autismo. Que ellos mantengan el contacto con el agua los ayuda a su desarrollo psicomotor; además de despejarse y estar relajados, cambian de actitud completamente. También pueden realizar caminatas, jugar con una pelota, etc.

Terapias de lenguaje y ocupacional

Psicólogos indicaron que es necesario que el niño pueda aprender a socializar, que vea a otros niños, que compartan actividades de grupo, que practique la comunicación, ya que esta habilidad es uno de los mayores problemas para un niño con TEA.

Tener una mascota y jugar

Los médicos explicaron que tener una mascota dócil, como un perrito o un gato, es positivo para el desarrollo del niño con autismo, ya que ellos tienen una forma diferente de socializar con el entorno. La presencia de una mascota le llamará la atención. Es importante que esta sea muy mansa, pues, si reacciona de forma violenta, el niño se va a asustar más de lo normal y no volverá a confiar. Con esta también pueden correr, jugar; los mantiene en actividad durante el día. (I)