La Unidad de Educación Especial Fiscal La Floresta es una entidad que educa a niños especiales en Guayaquil. Es una de las 98 sedes educativas de este tipo en la ciudad, según la página web del Ministerio de Educación. Pero esta institución, situada en la avenida Roberto Serrano, en el sur de la ciudad, es la que corre con la peor suerte: se ha visto afectada en repetidas ocasiones por los ladrones que deambulan por ese sector.

Sillas, mesas, lavamanos, aires acondicionados, ventiladores, equipos de internet, pizarras, escritorios, ventanas y puertas han sido sustraídos y esta situación tiene mal a los padres de familia, docentes, rectora y a los estudiantes.

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Ahora, que se puede asistir de manera voluntaria a las aulas, los alumnos de este plantel no lo podrán hacer así haya autorización para ello, porque la escuela permanece destruida, con malos olores y abandonada. Poco a poco los ladrones se están llevando todo.

Daños en el techado de la Unidad de Educación Especial Fiscal La Floresta. Foto: Ronald Cedeño

La rectora de esta entidad pidió que no se dé su nombre, pero explicó, la semana pasada, que estos robos continuos se han venido reportando desde el año 2018 hasta la actualidad.

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He puesto nueve denuncias en la Fiscalía y dos pendientes en el Distrito de Educación, pero al realizar mi acusación no he recibido ninguna respuesta favorable. Es una injusticia”, indicó el jueves pasado. Pero el fin de semana los ladrones volvieron a robar, pese a que, como medida preventiva, se colocó soldadura en las puertas y ventanas de las aulas.

En el sector hay una Unidad de Policía Comunitaria (UPC), donde los padres de familia han acudido a dar a conocer sus problemas por los constantes robos, pero, según un padre, ellos dicen: “Hemos patrullado y no hemos visto nada”.

De igual manera, los policías revisan las cámaras de seguridad y no visualizan ningún robo porque un árbol grande, frondoso, obstaculiza el avistamiento de lo que sucede en el interior del plantel.

La autoridad de la escuela aseguró que ha acudido al Municipio para pedir que talen el árbol para identificar a los ladrones y también porque está deteriorando el techo, pero no ha habido ninguna respuesta desde noviembre del 2020.

María Emilia Paida, madre de un niño de 14 años con discapacidad intelectual, se encuentra desesperada y triste porque esta institución donde estudia su hijo se halla en situaciones deprimentes y las autoridades no hacen nada al respecto.

La única solución que han tenido es soldar todas las puertas y ventanas para que ya no ingresen los delincuentes, pero de poco sirvió. Exigen al Municipio y al Gobierno que los ayude para que estos niños tengan la educación que se merecen.

Este plantel educativo cuenta con 37 profesores y 8 áreas especializadas, las cuales se encuentran vacías y abandonadas. “Necesitamos una reconstrucción urgente”, exclama una docente.

Artículos para niños especiales son destruidos por delincuentes. Foto: Ronald Cedeño

En la zona, también el colegio Provincia de Cotopaxi, ubicada en el Guasmo sur, ha reportado robos. Este inició clases semipresenciales la semana pasada, luego de que el Ministerio de Educación autorizara el reinicio de labores educativas de forma parcial, voluntaria y con medidas de bioseguridad en 1.301 planteles del país, 31 de ellos en Guayaquil, tanto a nivel urbano y rural.

La ministra de Educación, María Brown Pérez, manifestó la semana pasada, en una entrevista con este Diario, que se empezaba a reparar los planteles con apoyo de padres de familia. También dijo que habrá un presupuesto si hay daños mayores. (I)

Robos en la Unidad Educativa Especial La Floresta se han registrado desde el 2018. Foto: Ronald Cedeño