José Manuel Díaz llegó con sus hijos de 15 y 7 años con varios globos de estrellas de color amarillo y uno con imágenes del Barcelona Sporting Club (BSC) para rendir homenaje a su papá, quien lleva su mismo nombre: Manuel Díaz.

En este Día del Padre, que se recuerda el tercer domingo de junio, cientos de familias se dieron cita en el Cementerio General de Guayaquil para recordar la memoria de sus padres.

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“Primero, el jefe, luego el paseo y el festejo”, dijo José Manuel al llegar a la tumba de su padre, cerca de la puerta 2 del cementerio.

Él y sus dos hijos se agacharon y tocaron la lápida en la que estaba la foto de su papá con varias flores y globos del equipo de sus amores.

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“Mi papá era barcelonista enfermo. Somos cinco hermanos y a toditos nos llevaba en un carrito viejo al estadio, crecimos así, nos llevaba cargados hasta las gradas. Nos dio una infancia y una juventud lindas”, declaró el guayaquileño residente en el barrio del Seguro.

Añadió que ahora él y sus hermanos les han inculcado ese amor por el equipo torero a sus hijos para recordar también la memoria de su abuelo, quien falleció hace un año.

Ahora en la tarde se van a reunir con todos sus hermanos para recordar a su papá y festejar al resto de los padres de la familia.

Asimismo, Lili, quien llegó con su esposo y sus dos hijos, comentó que hoy su padre cumple trece años de fallecido.

Visitas al cementerio durante el Día del Padre. Foto: José Beltrán

“Mi padre me dejó muchas enseñanzas. Compartí con él mi niñez y mi adolescencia, porque luego él migró unos diez años, luego regresó, pero ya estaba enfermo. Murió de complicaciones cardíacas”, comentó.

En este camposanto, las familias hicieron oraciones y recordaron anécdotas de los padres fallecidos.

En la puerta 2 del cementerio hubo artistas que tocaron música en vivo para amenizar los recorridos y visitas por el Día del Padre.

En los exteriores, decenas de comerciantes aprovecharon para vender ramos, arreglos, globos y demás detalles para colocar en las bóvedas de los padres.

Personal de la Agencia de Tránsito y Movilidad (ATM) ubicó agentes y patrulleros en diversas puertas para controlar la llegada de los vehículos.

También en todos los ingresos hubo guardias de seguridad y personal policial para vigilar que estas visitas se den en orden. (I)