El ingreso de viajeros en el acceso de arribos internacionales era incesante. Hombres y mujeres arrastraban y cargaban maletas para ir al encuentro de sus familiares, que los esperaban en la sala de espera. Juntos, entre abrazos y saludos efusivos, se dirigían hacia la zona de la vía interior y parqueadero.

Cerca de las 18:30 del pasado jueves era continua la salida de los pasajeros que habían aterrizado minutos antes en cuatro vuelos provenientes de Ciudad de Panamá, Miami y Bogotá, los cuales tuvieron cercanía en sus horarios de aterrizaje.

Allí, Carlos Zúñiga, quien hizo un largo trayecto desde Nueva York con escala en Ciudad de Panamá, buscaba un taxi que lo trasladara hacia el cantón Milagro. En medio de la cotización de un taxi, el hombre consideró que la acumulación de varios vuelos generó la prolongación de la fila de pasajeros frente a los puestos de Migración.

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A Zúñiga le tomó unos veinte minutos cruzar el Área de Migración, por contar con ayuda especial, mientras que un familiar que viajaba con él tuvo una espera de cerca de una hora para culminar el proceso de certificar su ingreso ante los agentes de dicha área. “El policía no demora tanto, más es por la espera. Ahora, para ir a buscar las maletas, otro tiempo más”, dijo el hombre.

A su vez, Marcia Molina, quien llegó a la ciudad luego de estar en Cartagena, estimó que el paso por los trámites migratorios se extendió por unos 45 minutos en esa tarde y noche, en que ella observó unos cuatro puestos habilitados. “Está a full (de pasajeros)”, comentó la mujer, que rápidamente se embarcaba en un vehículo para ir a su domicilio.

Ambos pasajeros consideraron que debe haber varios cambios en los protocolos de ingreso y salida del aeropuerto de Guayaquil para hacer más ágil la atención, que ha tenido un repunte importante de pasajeros a partir de la reactivación económica pospandemia.

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Dijeron que se debe aumentar el número de puestos de atención; y, si no se los puede mantener las 24 horas, hacerlo en esos horarios en que se conoce la programación de vuelos seguidos.

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El esposo de una viajera proveniente de Bogotá, Luis Carpio, comentó que aguardó cerca de una hora y veinte minutos desde el aterrizaje del avión hasta que ya pudo contactarse con su pareja para ayudarla a llevar las maletas hacia su vehículo.

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Para ello, la mayoría del tiempo repercutió por las filas en la zona migratoria. “¡Todo!”, respondió de manera efusiva ante la consulta de los aspectos por mejorar en la agilidad de los trámites de ingreso al país.

Guayaquil tiene problemas en el área de migración del aeropuerto.

En los exteriores, esa misma noche del jueves anterior, dos filas de vehículos aguardaban el paso de los viajeros que salían por el pasillo de arribos internacionales y cruzaban hacia la zona del estacionamiento.

Ante la acumulación de familiares y pasajeros que buscaban ir en ambas direcciones de salida e ingreso, un guardia de seguridad debió mantener detenido el tráfico para facilitar el paso peatonal y controlar el tránsito de vehículos.

No había agentes de tránsito en la zona ni en las puertas de acceso de las Américas, donde también se concentraban autos parqueados en una zona prohibida anterior a la garita de ingreso, así como en la de salida hacia la av. de Alarcón, en la zona del hotel.

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Luego de unos minutos, el flujo de pasajeros y automóviles disminuyó en las salidas internacionales.

Otra pasajera, Belén Morán, quien se desplazó hacia Miami el viernes anterior, manifestó que, ante los problemas que han compartido otros viajeros en su paso por Migración, optó por asistir tres horas antes de la salida prevista. Para su sorpresa, en el sitio no encontró largas filas y su paso fue rápido.

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“Todo fluía. Estaban bastantes agentes de Migración e incluso un policía de apoyo en el área para organizar”, comentó.

Al retornar al país, la noche del martes de esta semana, asimismo, arribó a las 23:40 aproximadamente y cumplió el proceso de migración y recogida de maleta en unos diez minutos en cada punto hasta salir de arribos internacionales. Ese tiempo lo consideró rápido.

“La gente se queja como si eso fuera terrible; sin embargo, en otros países hacen horas de migración y no se quejan”, dijo la viajera, quien replicó que esta situación se suele también presentar en épocas de alto flujo de pasajeros, como en diciembre, cuando muchos migrantes retornan a visitar a familiares por las festividades de Navidad y fin de año.

Días atrás, la Asociación de Representantes de Líneas Aéreas en el Ecuador (Arlae), que congrega a aerolíneas que operan en el país, remitió una misiva al ministro de Gobierno para expresar su preocupación por los reportes de viajeros en el paso por el Área de Migración. Manifestó que la falta de personal en el servicio asignado al aeropuerto de Guayaquil causa congestión de pasajeros tanto a la llegada como salida del país.

Por ello, según el gremio, se ocasionan retrasos a la salida en las operaciones de las líneas aéreas. Además, este problema afecta negativamente la experiencia del pasajero en su paso por la ciudad y el país, remarcó la entidad, que exhortó a las autoridades a atender la situación.

En días pasados, la Autoridad Aeroportuaria de Guayaquil indicó que continuaban los inconvenientes que se han venido replicando desde hace alguna semanas. El Gobierno se comprometió a colocar más personal a partir del 1 de septiembre. Aquello, según la entidad local, no se cumplió en ese tiempo.

A su vez, a inicios de este mes, el Ministerio de Turismo indicó que un grupo de policías se capacitaba en coordinación con el Ministerio del Interior para dar un servicio ágil en los puntos de entrada y salida de pasajeros.

En el área de salidas internacionales, esa cartera de Estado indicó que con cinco vuelos cada pasajero demora 13 minutos en pasar por Migración, teniendo 17 puestos habilitados. (I)