Por estos días el edificio Fantasía se ha convertido en un vecino peligroso para quienes viven, transitan o tienen negocios en la avenida 9 de Octubre, entre las calles Esmeraldas y José Mascote, centro de Guayaquil, debido al hundimiento e inclinación de al menos 40 centímetros que tiene la estructura de medio siglo de antigüedad y 14 pisos.
La preocupación por el estado del inmueble es tal, que los habitantes del centro lo califican como una “bomba de tiempo”. Y ya hay quienes incluso reportan daños en las construcciones contiguas.
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El Municipio de Guayaquil ha decidido demoler el edificio y para ello el camino es que la Empresa Pública Municipal para la Gestión de Riesgos y Control de Seguridad de Guayaquil, Segura EP, emita un informe de riesgos.
Luego, la Dirección de Urbanismo, Movilidad, Catastro y Edificaciones (Dumce) declarará la edificación en estado de vetustez, con lo que la Dirección de Justicia y Vigilancia ordenará a los propietarios del inmueble el derrocamiento.
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¿A quién pertenece el Fantasía? es la pregunta que ronda en la cabeza de los guayaquileños en estas semanas en que el inmueble ha sido el foco de la noticia.
Según el certificado de historia de dominio emitido por el Registro de la Propiedad de Guayaquil, en la década del 70, el edificio perteneció a una compañía inmobiliaria que lo vendió luego, en 1979, a una persona natural.
Esta última, a su vez, vendió el inmueble en 2016 a otras dos personas naturales (un hombre y una mujer). Una de ellas (el hombre) radicada en Estados Unidos en ese entonces, por lo que en su representación compareció una tercera persona con un poder otorgado en junio de ese año.
Alex Anchundia, gerente general de Segura EP, señaló a este Diario que un estudio determinará cuál será el método de demolición de la estructura, una vez que informes técnicos han revelado que por las condiciones actuales el edificio es irrecuperable.
Quienes habitan cerca del Fantasía esperan que el inmueble sea derrocado lo más pronto posible. Consideran que la situación de la estructura podría agravarse por las vibraciones producidas por los buses urbanos que a diario circulan por la calle Esmeraldas durante todo el día.
Esta es la ruta para demoler el edificio Fantasía, en la av. 9 de Octubre y Esmeraldas
Días atrás, en una entrevista radial el director municipal de Obras Públicas, Andrés Burbano, mencionó que cualquier que ejecute el cabildo será cobrado a los dueños del inmueble a través de la contribución de mejoras.
En una reunión de carácter técnico que mantuvieron la semana anterior funcionarios del Municipio porteño se indicó que hay 40 edificios en estado de vetustez y que se procederá igual en todos los casos, en los que se incluyen iglesias y otras edificaciones patrimoniales. (I)