“Una llama puede acabar con la biodiversidad de un ecosistema en segundos”, advierte el Cuerpo de Bomberos de Guayaquil a través de sus redes sociales, como parte de la campaña “Alto al fuego” que esta institución lanzó en agosto para prevenir incendios forestales.

En esta temporada seca, entre agosto y diciembre, suelen incrementarse estos siniestros por las altas temperaturas que se registran en la ciudad y que en los últimos días –a determinadas horas– ha llegado hasta 31 °C.

Pese a las recomendaciones de los Bomberos, los vecinos de los bosques protectores son testigos de la presencia de grupos que con fogatas, consumo de cigarrillos, bebidas alcohólicas y otras drogas ponen en riesgo a estos “pulmones” urbanos de Guayaquil, a sus especies y a las comunidades cercanas.

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Un vidrio que recibe los rayos solares (efecto lupa), por ejemplo, podría encender rápidamente la maleza seca y causar un incendio.

“No hay ningún tipo de control, no por ser un espacio público se puede hacer lo que quiera”, cuestiona Mariana Burgos, integrante del Consejo Barrial de la ciudadela El Paraíso, quien asegura que han solicitado al Municipio de Guayaquil en reiteradas ocasiones que se disponga de protocolos y planes de contingencia en caso de un siniestro forestal, pero –añade– aún no han recibido una respuesta.

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Piden control a invasores de zonas periféricas de Guayaquil para evitar incendios forestales

“No esperemos que haya un incendio para actuar”, dice esta moradora de El Paraíso, en donde hace dos semanas personal del Municipio acudió con machetes y rastrillos para limpiar la ‘línea cortafuego’ de cuatro metros de ancho y 500 metros de longitud en la zona llamada de ‘amortiguamiento’ del boque protector de cerro Paraíso, que tiene un total de 299 hectáreas y más de 700 árboles.

“Con ese mantenimiento se evita que, si el incendio se inicia desde el lado urbano, se propague hacia un área de conservación”, señaló el cabildo en un comunicado.

Según el Cuerpo de Bomberos, en el 2021 se atendieron 1.086 emergencias forestales y en este año, hasta el 22 de agosto, se habían reportado 207. Mientras que el ECU911 registró una cifra mucho mayor: 827 durante el primer semestre de este 2022.

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Algunos de los últimos sucesos ocurrieron el 9 de septiembre, en el cerro de la ciudadela Kennedy; el 21 de agosto, en la cooperativa San Francisco; y el 19 de agosto, en el km 35 de la vía a la costa.

En el bosque protector El Paraíso, grupos de jóvenes y adultos suelen reunirse para hacer fogatas los fines de semana. Esto, pese a que hay una señalética en el ingreso a este espacio que advierte que esta práctica está prohibida. Foto: Archivo

“Necesitamos proteger nuestros bosques de la gente imprudente que se esconde en la vegetación del cerro para consumir drogas y, también, de indigentes que arman covachas y los contaminan, talvez sin saber que pueden provocar un incendio”, comenta Nelly Zúñiga, moradora del sector San Francisco 1.

Cada año se pierden entre 30 y más de 100 hectáreas (ha) de vegetación en Guayaquil, estima Xavier Salgado, especialista en agroecología y presidente de la organización Medio Ambiente Sustentable. Uno de los siniestros más grandes reportados en la ciudad sucedió en 2011, cuando se quemaron más de 200 ha del cerro Colorado.

A nivel nacional, entre 2010 y 2021 hubo 20.148 incendios forestales que afectaron más de 202.000 hectáreas de bosques, según cifras de la Subsecretaría de Patrimonio Natural.

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El cambio climático también incrementa el riesgo de incendios forestales a nivel mundial en los próximos años, un 14 % para el 2030, un 30 % al 2050 y más del 50 % se estima para fines de este siglo, según un estudio del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y GRID-Arendal, una organización ambiental sin fines de lucro con sede en Noruega. Ningún lugar estará a salvo, aseguran los científicos en el informe.

‘Cerro Colorado ha sido uno de los espacios naturales más degradados en Guayaquil’

La recuperación natural del suelo afectado por estos incendios, según expertos, depende de los centímetros de la superficie calcinada y las condiciones climáticas.

Además de las ‘líneas de fuego’, también realizadas por el cabildo en Bosqueira en días pasados, la dirigente barrial de la ciudadela El Paraíso y el activista Salgado coinciden en que se requiere personal de seguridad y guardaparques para el control en estos espacios.

También sugieren que se rehabilite el reservorio de agua del sector Bim Bam Bum e instalar nuevos puntos cercanos a este y otros bosques para ayudar a la labor de los Bomberos en caso de presentarse un incendio forestal. Así como mingas de limpieza, humedecer los bosques en la temporada seca, instalar sistemas de riego, campañas preventivas constantes y trabajo coordinado entre el cabildo y el Ministerio del Ambiente para proteger los bosques protectores de la ciudad.

“Siempre hay disputas de competencias y trabajo desorganizados, no trabajan unificadamente y, así, se pierden recursos y esfuerzos”, critica Salgado. (I)