Ashley lleva cinco años batallando contra un tumor cerebral (astrocitoma pilocítico) que le fue diagnosticado a los tres. Ha pasado por cirugías, quimioterapia, radioterapia y otros tratamientos más para combatir las células malignas, pero aún resisten.

Pese a ello, la pequeña demuestra fortaleza y unas ganas de vivir que inspira a sus padres y familiares a seguir luchando a su lado. “Ella nos da la fuerza”, dice su madre, Valeria Sánchez, quien mantiene la esperanza de que su hija pueda sanarse al recibir un tratamiento médico en España que, asegura, no lo hacen en este país.

Se trata de la ‘protonterapia’ o radioterapia con protones, que permite tratar selectivamente la zona tumoral y minimizar la irradiación en el tejido sano, según explicó Felipe Calvo, director de la Unidad de Protonterapia de la Clínica Universidad de Navarra, el año pasado.

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Eso es lo que necesitaría Ashley, según comenta la madre de la pequeña. “Su oncóloga (de Solca) y desde el mismo hospital (de Navarra, España) me dijeron que ese tratamiento sería positivo. Aquí (en Solca Guayaquil), la oncóloga me explicó que todos los recursos (médicos) se habían agotado”, cuenta la mamá de Ashley, quien en noviembre de 2021 entregó toda la documentación de su hija al Ministerio de Salud (MSP) para pedir su derivación internacional al centro en España.

El MSP no le ha dado una respuesta a la familia, pero a los médicos de Solca sí. Y esa respuesta coincide con lo que el MSP contestó a este Diario sobre el caso de la pequeña Ashley: “Tras un análisis del caso se resolvió recomendar que la especialista tratante de la paciente informe a la familia las alternativas terapéuticas que existen a nivel nacional, y la Coordinación Zonal 8 Salud deberá gestionar la derivación a Solca Quito para que la paciente inicie su tratamiento”.

Según la madre de Ashley, los especialistas del MSP le habrían dado las alternativas (en Solca Quito) de operar y radioterapia.

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Me dan las mismas opciones que en su momento hubiera aceptado si recién se hubiese diagnosticado el caso de mi hija, pero ya tiene cinco años siendo tratada. Ya le extirparon un 60% del tumor y concluyeron (en Solca Guayaquil) que ya no se puede llegar con cirugía, porque sería riesgoso. Y ya recibió 30 sesiones de radioterapia, no puede recibir más, porque va causar más daños en su cabeza

Valeria Sánchez, madre de Ashley.

Sánchez cuestiona las alternativas que le dio el MSP y pide que lean todo el expediente clínico de la menor para que conozcan los tratamientos que ya ha recibido en Solca Guayaquil, a través del MSP.

Ashley, de ocho años, aprendió a leer en el sistema braille en el centro municipal Cuatro de Enero. Foto: Cortesía de Valeria Sánchez

“A mi hija se le ha realizado todo eso. No voy a permitir que a la bebe le hagan estos procedimientos, cuando ya Solca Guayaquil ha dicho que ya no se puede”, dice angustiada la mujer, quien no labora por dedicarse de lleno a su primogénita Ashley y a su segunda hija, de dos años. Su esposo, único soporte económico de la familia, trabaja como camarero en un local de comida.

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Ante su situación, la familia ha vendido la mayor parte de sus pertenencias, como muebles, refrigeradora, enseres y ropa para reunir los fondos que necesita su pequeña para viajar a España a recibir el nuevo tratamiento. Incluso, afirma, vendieron el televisor que Ashley ganó en 2018, al quedar en segundo lugar en el concurso que organizó Solca por el Día del Cáncer Infantil.

Valeria hace un llamado a la solidaridad de quienes puedan contribuir a salvar la vida de Ashley, quien empezó a presentar signos de alarma a los ocho meses de edad. No podía fijar la mirada en un punto y movía mucho sus ojos, pero para los pediatras que la revisaron “era normal”. Al cumplir un año, según los médicos, se le quitaría, pero no fue así. Al caminar se chocaba contra las cosas que tenía enfrente y seguía con el movimiento de sus ojos.

La volvieron a llevar al médico, cuenta su mamá, y tuvo control con el oftalmólogo por algunos meses antes de ser derivada al neurólogo. Tras exámenes de resonancia magnética, le diagnosticaron a los tres años de edad que tenía un tumor cerebral, de tamaño similar al de un limón, detrás de los nervios ópticos de la pequeña. La operaron de emergencia y le extirparon el 60 % del tumor, pero al despertar la pequeña había perdido la visión.

A partir de ahí, Ashley ha pasado cinco años en sesiones extensas y seguidas de quimioterapia y radioterapia, pero el tumor no ha reducido su tamaño. Más bien ha aumentado un poco, según la última resonancia magnética de control que se realizó el año pasado. En ese examen, además, se detectó que había desarrollado hidrocefalia.

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Por ello, en junio de 2021 la intervinieron quirúrgicamente para colocar un catéter (de Ommaya) que drene el líquido. Ese aparato lo mantiene en su cabeza y cada cierto tiempo repiten ese drenaje. Además, en esta última semana -bajo recomendación de la clínica de Navarra- terminaron los últimos seis ciclos de quimioterapia de segunda línea.

Y con ello, la desesperación de la familia aumenta. En Solca Guayaquil le ofrecieron también la opción de ‘quimioterapia de rescate’, pero sus padres se negaron ante las recomendaciones de los propios médicos: “Nos dijeron que había muchos riesgos y muy pocos los beneficios”.

A sus ocho años, Ashley sigue siendo una niña alegre, positiva, extrovertida, conversona e independiente, según cuenta su madre. Le gusta cantar melodías infantiles y baladas que su abuelita escucha en casa, y también disfruta bailar todo tipo de música. Lo hace en casa, en reuniones y hasta cuando salía de su tratamiento de Solca, alegrando con su entusiasmo y pasos de baile a sus seguidores en las redes sociales de su mamá.

Agonía para pacientes de cáncer que no acceden a tratamiento por deudas que mantienen el MSP y el IESS

También va a la escuela, pasó a cuarto año de educación básica en el centro municipal Cuatro de Enero, institución para niños y adultos con discapacidad visual. Ahí aprendió a leer y a escribir a través del sistema braille. Y en casa le gusta practicar con su punzón sobre una regleta con agujeros.

Así, la pequeña sigue adelante con su vida. Sonriendo siempre e iluminando los días de sus padres, quienes mantienen la esperanza de que el MSP la derive al centro de España o de que puedan recaudar el dinero que necesita la pequeña, más de $ 100.000, para viajar a España y recibir los ocho meses de tratamiento. Para ello, iniciaron en redes sociales una campaña solidaria en beneficio de la pequeña.

Donaciones

Ayuda solidaria: La madre de Ashley, Valeria Alexandra Sánchez Tenorio, recepta los aportes en su cuenta de ahorros del Banco Guayaquil, 45236221. Su cédula es 0931467526.

Bingo artístico: Los padres y familiares de Ashley realizarán un bingo solidario en beneficio de la pequeña el próximo 17 de abril, a las 14:00, en la cancha de Sauces 3, ubicada atrás del UPC. Una tabla cuesta $ 1 y seis se venden por $ 5. Informes al celular 098-562-2977. (I)