Jóvenes acompañados de padres de familia permanecen sentados sobre cartones y cubiertos con paraguas para apaciguar el intenso sol que se presenta en la avenida Democracia, al mediodía de este viernes 12 de septiembre.

De esa manera se mantenían en una hilera que se extendía conforme pasaban las horas y se acerca el inicio del proceso de acuartelamiento de la leva 2006, programado para este fin de semana.

Hasta el mediodía, la hilera se iniciaba desde el ingreso al Centro de Movilización Occidental hasta el ingreso al Consejo Nacional Electoral (CNE), en una extensión de unos 50 metros de la av. Democracia, en el norte de Guayaquil.

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En el puesto 4 de la fila estaba Joao Estupiñán, de 20 años, con su madre, Pilar Mendoza. Ellos llegaron desde Tonchigüe (Atacames) la noche del miércoles pasado.

Ella contó que él no ha podido estudiar ni cumplir ningún oficio en estos dos años, luego de graduarse de colegio. Por ello busca una oportunidad de crecimiento con el acuartelamiento.

Jóvenes de la leva 2006 aguardan en exteriores de Centro de Movilización Occidental para alcanzar un cupo en proceso de acuartelamiento. Foto: Francisco Verni Peralta

“Es una motivación que él tiene, estoy apoyando porque hay que alejarlo de la delincuencia en la calle, muchos jóvenes los están matando, no quiero que se meta en una cosa de esas, él está aquí con mucho gusto”, expuso la madre.

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Esta madre aspira a que su hijo resulte beneficiado entre los 5.000 cupos disponibles para el proceso a nivel nacional. De ese número, un total de 4.800 serán varones y 200 mujeres.

En Guayas, este sábado 13 y domingo 14 se recibirá a los aspirantes en la Base de Movilización Occidente, así como en el Quinto Guayas y Base Naval Norte (solo mujeres).

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El capitán de navío Rafael Valverde, comandante de la Base de Movilización Occidental, expuso que desde hace un mes comenzó el proceso con el registro online.

Hasta el mediodía del viernes tenían un total de 8.500 inscritos a nivel nacional, de los cuales solo hay espacio para 5.000 cupos.

Detalles de proceso de selección para acuartelamiento

Una vez que ingresen al comando en el proceso de llamado, se revisará la cédula actualizada de mayor de edad, copias del formulario del registro en línea y carné de vacuna de COVID-19, con al menos una dosis del inmunizante.

También se harán filtros de investigaciones de antecedentes penales, exámenes médicos y clínicos para determinar que están idóneos, además de tipificación sanguínea, exámenes psicológicos y test psicosocial.

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En caso de ser seleccionados, quienes se inscribieron en la Base Occidental serán destinados a unidades de Galápagos, Zamora Chinchipe, Loja, Guayas, Morona Santiago o Manabí.

Una vez en las unidades designadas, los jóvenes reciben formación de instrucción militar, valores y además capacitación alternativa para potenciar habilidades como mecánica, carpintería, entre otras. “Se les trata de potencializar con el Secap para que cuando terminen el año puedan ser productivos para la sociedad”, expuso.

Él destacó que esta es una opción para que los chicos puedan alejarse de contextos de inseguridad y además de grupos delictivos que buscan atraerlos. El servicio cívico militar tendrá una duración de doce meses.

“Acá nosotros los militares tratamos de inculcar una disciplina férrea, y aquellos que les gusta pueden a futuro aspirar a seguir la carrera de las armas”, expuso Valverde.

En la Base de Movilización se prevé la selección de 666 varones y en el Quinto Guayas serán entre 340 y 350 jóvenes. En la Base Naval Norte se escogerá a 75 féminas.

Otros aspirantes en filas

Este viernes, en los exteriores, estaban otros chicos a la espera de cumplir con el servicio militar. Algunos tenían marcado el turno que les tocaba en los brazos a fin de no perderlo mientras esperaban.

Entre los primeros de la fila, Óscar Canales llegó desde la Martha de Roldós (Guayaquil). Él dijo que pretende aprender sobre las prácticas y valores militares.

En su caso, este joven, de 21 años, laboraba en una papelería, salió de ese trabajo para cumplir con este proceso, pues también sueña en continuar una carrera militar más adelante.

Él dijo que tiene de ejemplo a dos hermanos mayores que se integraron años atrás a las filas de las ramas terrestre y naval. “Que Ecuador mejore su seguridad”, dijo sobre sus aspiraciones al integrarse a este grupo.

Así también, Roger Moncada, oriundo de Salitre, recientemente se graduó del colegio y desde hace cinco meses reside en Guayaquil.

En la urbe, este joven, de 18 años, ha laborado como bodeguero y ahora aspira a obtener las enseñanzas necesarias para luego sumarse a las Fuerzas Armadas.

Él contó que desde pequeño ha tenido el sueño de integrarse a las filas militares, ser un orgullo por su familia, especialmente su madre, y también buscar el bienestar del país.

“Como está ahora la delincuencia, buscar mejorar un poco eso, combatir ese tema”, contó el joven, quien sobre todo le gustaría realizar labores terrestres con la seguridad interna de sectores conflictivos.

Al finalizar el proceso de conscripción, los jóvenes recibirán la cédula militar que les acredita como soldados de reserva en caso de realizarlo en el Ejército o Fuerza Aérea y como marineros de reserva si lo ejecutan en la Armada. (I)