Eran más de diez ampollas diarias del sedante propofol que Belén tenía que conseguir para su mamá, que está intubada en el hospital Guayaquil, en el suburbio. Cada una le costó $ 10,90 en farmacias fuera de ese hospital del Ministerio de Salud Pública (MSP).

En medio de la pandemia del COVID-19 existen decenas de fármacos que están escasos debido a la gran demanda que han tenido en el tratamiento por el virus o porque no se compraron por la emergencia.

Belén comentó que su mamá se complicó por un derrame cerebral y tuvieron que intubarla antes de la operación. Allí le indicaron que para mantenerla sedada debería ella entregar tres ampollas de propofol cada cuatro horas.

Publicidad

“Nosotros compramos ese medicamento por adelantado, porque nos dijeron que está escaso, no se lo podía encontrar así nomás, como me liquidaron usé el dinero para comprar muchos y tener para mi mamá”, explicó.

Sin embargo, luego de algunos días, la enfermera solo le pedía una ampolla cada cuadro horas. “Nos pareció extraño porque siempre eran tres ampollas, le preguntamos y nos dijo que esa era la nueva disposición que ella tenía”, recordó la joven, quien ahora ofrece entre sus amigos y conocidos este fármaco tan escaso a nivel nacional.

Wilson Tenorio, presidente del Colegio de Médicos del Guayas, explicó que se sugirió que se haga compra directa de estos insumos.

Publicidad

“Una subasta internacional de país a país. Eso hemos planteado ya meses atrás y no tenemos respuesta concreta de las autoridades. Aún tenemos escasez de estos insumos necesarios, porque hay muchas cirugías pendientes; los pacientes no pueden seguir esperando, no tenemos estos anestésicos”, explicó el presidente del Colegio de Médicos.

Esta situación también la reportaron familiares de un paciente UCI-COVID-19 en hospitales del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS). El hijo de un paciente contó que tuvo que publicar en sus redes sociales y que le ayudó un tío médico para conseguir estos sedantes.

Publicidad

El pasado viernes, Jorge Wated, presidente del Consejo Directivo del IESS, explicó que la ocupación UCI-COVID-19 está al 100 % en hospitales de Guayaquil y que hay baja oferta de proveedores de sedantes.

“Se está trabajando en la compra internacional para que a nuestros hospitales no les falte, es muy difícil encontrarlos en el mercado. Esto está sucediendo no solo en el sistema público, también está sucediendo a nivel privado, incluso pacientes nuestros derivados han tenido que pasar por esta penuria de los sedantes”, indicó Wated.

Médicos del sector privado indicaron que hasta el momento siguen abastecidos de sedantes y que cuando no han encontrado, por ejemplo, midazolam, se lo reemplaza con otros fármacos para evitar que la familia tenga que buscarlo.

“En quirófano la alternativa para sedar es diazepam o dexmedetomidina, y para intubar a un paciente usamos propofol para sedarlo y dexmedetomidina para mantenerlo sedado”, explicó uno de los internistas.

Publicidad

También faltan vacunas

La escasez no solo se evidencia en insumos y fármacos en la atención en cuidados intensivos, también en la atención de salud preventiva, como es el caso de las vacunas.

El pediatra Vladimir Vélez, que cuenta con un centro de vacunación particular, explicó que por más de tres meses busca la vacuna antitetánica y no la encuentra ni en farmacias, y conoció por colegas que también está escasa en los centros de salud del MSP.

En centros de salud indicaron que la dotación está demorada, pero sí llegan vacunas como la DT o DPT (difteria, tétanos y tosferina). Y que existen nuevos cambios en la distribución de vacunas debido a las reformas en el contexto de la pandemia del COVID-19.

El año pasado se reportaron cambios en las fechas de vacunación debido a las dificultades de la crisis sanitaria. Muchos padres no acudieron a las fechas referidas por la cuarentena o por enfermedad y hubo algunas dosis caducadas. Esta situación se va regularizando de a poco en los dispensarios del MSP, indicó personal que trabaja en estos centros de atención. (I)