Esta semana se retomó el programa llamado Huertos orgánicos, comunitarios y familiares, que fue impulsado por el Municipio el año pasado.

La actividad se ha adaptado a los cambios impuestos por la pandemia del COVID-19, y por ello solo se mantienen activos los huertos comunitarios. Son 22 en total y reúnen a pequeños grupos de 15 a 18 personas por huerto para respetar el distanciamiento físico necesario, se dijo.

Ellos siembran y cosechan sus propias hortalizas, con insumos gratuitos proporcionados por la municipalidad.

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Los ingenieros Eduardo Rochina y Jelitza Muñoz son los técnicos municipales que capacitan a los habitantes, enseñándoles a armar los huertos, sembrar y cosechar.

Ellos siembran y cosechan rábano, cebolla, papanabo, zanahoria, cilantro, lechuga, perejil, albahaca, tomate, pimiento y pepino.

“Y hemos implementado verdura, frejol de palo, vainita. A medida que vaya avanzando el programa, vamos a ir integrando nuevas especies como las medicinales”, agregó Muñoz.

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Los huertos activos están a cargo de comités barriales, planteles, fundaciones e incluso la cárcel de mujeres, donde se instalaron huertos en los que trabajan las internas. Los demás huertos comunitarios están ubicados en Montebello, Guasmo, Las Orquídeas, Mucho Lote, La Pradera y Monte Sinaí. (I)