Dos escenarios distintos marcaron un evidente contraste en la LXXV Expoferia Ganadera de Guayaquil en Durán, que se realizó en las instalaciones de la Asociación de Ganaderos, el km 5,5 de la vía Durán-Yaguachi.

Uno de estos causó preocupación de una parte de los asistentes. Y se dio en el evento de rodeo montuvio que se desarrolló la tarde de este domingo.

Allí, como si fuera en una época sin pandemia, una parte de los asistentes estaba sin mascarilla y, sobre todo, irrespetaron el distanciamiento social en el rodeo montuvio que era parte de la feria.

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El evento, organizado por la Asociación de Ganaderos del Litoral y Galápagos y que culminó ayer, por ser presencial debía cumplir las normas de bioseguridad exigidas por el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) cantonal.

El coso estaba completamente lleno, a eso de las 14:00 de este domingo. En los graderíos, a esa hora ya no había espacio y todos estaban apretados, según constató un periodista de este Diario que estuvo en el sitio.

Como no había espacio en los graderíos, decenas de personas, con niños en algunos casos, caminaban pegadas por la caminera de la parte baja.

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Los vendedores, la mayoría sin tapabocas, gritaban ofreciendo sus producto, mientras uno de los animadores decía que iban a demostrar que el virus no puede con los amantes del rodeo y destacaba el trabajo del hombre del campo durante la pandemia del COVID-19.

Si bien al ingresar a la feria se tomaba la temperatura y ofrecía alcohol, en el coso del rodeo no había ningún control.

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En la promoción que hicieron los organizadores señalaban que el aforo sería del 25 %, aquello no se respetó y la plaza de rodeo estaba evidentemente más allá del lleno total.

Enrique Baquerizo, gerente de la Asociación de Ganaderos del Litoral y Galápagos, indicó que lo sucedido en la plaza de rodeo era por culpa del público. Mucha gente ingresó por los espacios de los graderíos y ocupó todos los asientos, pese a que se había colocado señalización que impedía aquello, señaló. Sostuvo que pediría a la Policía que controlara esa situación.

Argumentó que el recinto ferial tiene una capacidad total de 40.000 personas, que esta vez establecieron un aforo de 5.000 y que tenían un registro ayer hasta las 14:00 que habían ingresado 2.000.

El otro escenario, en este caso destacable, se presentó en el resto de la feria. No hubo aglomeraciones, en algunos puntos se colocaron dispensadores de gel alcohol y la mayoría de presentes usaba mascarilla y respetaba el distanciamiento social sugerido por la pandemia.

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Las haciendas participantes tenían en sus espacios ejemplares de ganado vacuno que había sido premiado en distintas ferias. El público se fotografiaba con las reses, de raza brahman, cebú y otras, tanto reproductores como de producción lechera.

Hubo espacios de diversión para los pequeños, así como estantes de venta de artículos relativos a la ganadería, jardinería, adornos, sombreros y trajes de vaquero, entre otros.

Baquerizo insistió en que la feria buscaba ser un espacio de distracción con los cuidados de bioseguridad y que lo sucedido en la plaza fue por la poca precaución que tuvo el mismo público que asistió.

Este es un evento que se realiza cada año y que tiene acogida entre la gente. (I)