Un par de semanas más se deberá continuar con la medición del impacto en Guayaquil de la liberación de las medidas restrictivas por la pandemia, puesto que es el tiempo en que podrían aumentar los casos de COVID-19 tras el fin del estado de excepción en Ecuador, según parámetros médicos y si no cambia el escenario actual en la urbe.

Hasta el viernes anterior, los casos estaban estables en cuanto a números, según las cifras que le reportan las entidades involucradas al COE cantonal, entre estas, Ministerio de Salud Pública (MSP), Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), clínicas privadas y Municipio, que atienden casos de COVID-19 en la ciudad.

Así, Guayaquil tiene en este mes una tasa de 1,02 confirmados de COVID-19 por cada 10.000 habitantes; y 9,51 de casos sospechosos.

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Carlos Farhat, médico epidemiólogo y coordinador de Salud del Municipio de Guayaquil, cuenta que para medir el comportamiento de una pandemia se analizan tres parámetros: incidencia, que es el número de casos y que están estables al momento en el cantón; gravedad, que es el número de pacientes hospitalizados. Y la mortalidad o letalidad.

"En cuanto a incidencia estamos bien. En cuanto a hospitalización general, es decir, de camas donde van los pacientes COVID-19 moderados, el porcentaje de camas desocupadas es muy alto en todos los hospitales destinados a atender este tipo de pacientes (IESS Ceibos, Guasmo Sur, Monte Sinaí...)".

La ocupación en las terapias intensivas (UCI) sigue siendo importante, destaca, pues está entre el 90% y 95%, excepto en la Junta de Beneficencia de Guayaquil, donde está en el 75%. Aquí, de 12 camas disponibles, 9 están ocupadas.

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"El 95% en los otros hospitales es una cifra de ocupación histórica y está conformada por pacientes crónicos, que tienen tres o cuatro semanas, con síntomas que iniciaron hace por lo menos tres o cuatro semanas, o que son nuevos", destaca Farhat. (I)