El brote de coronavirus interrumpió los ritos islámicos en Oriente Medio. Arabia Saudí prohibió el viernes a sus ciudadanos y residentes realizar la peregrinación musulmana a La Meca por temor al contagio del nuevo virus, mientras Irán canceló las oraciones del viernes en las principales ciudades. Las decisiones en Riad y Teherán afectaron a musulmanes suníes y chiíes por igual.