El papa Francisco llegó al centro de acogida de los padres capuchinos. En el lugar se encontraban reunidas unas cien personas. El lugar es atendido por diez sacerdotes capuchinos, que recibieron al papa. El pontífice destacó la cercanía y confianza de los capuchinos a las fieles que asisten a su centro, “les ayudan sin quitarles la dignidad”, informó Aci Prensa.

El director del centro, Fray Kevin Crowley, recordó que el centro fue inaugurado en 1969 “con el propósito de ayudar a personas necesitadas”.

“En este Año de la Familia, nuestra principal preocupación es la dignidad y respeto de cada persona que viene a nuestro centro”, dijo Crowley.

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Fray Crowley subrayó que la preocupación principal de los padres capuchinos en el centro es “que nadie pase hambre”.

El papa Francisco hizo un llamado a los sacerdotes a ser cercanos y perdonar sin “preguntar demasiado” en las confesiones. Aseguró: “Me ha tocado el corazón” saber que los sacerdotes “nunca piden nada” y “aceptan la vida como viene, dan consuelo y, si hace falta, perdonan”. “Esto me hace pensar en tantos sacerdotes que pasan preguntándose sobre la vida de los otros, y que en las confesiones excavan y excavan para indagar”, señaló.

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El papa subrayó que “tienen una especial sintonía con el pueblo de Dios. Tienen la gracia de contemplar las llagas de Jesús en las personas que tienen necesidad”.

“Su testimonio enseña a los sacerdotes a escuchar, a ser cercanos, perdonar y no preguntar demasiado”, dijo; así como “a ser sencillos como Jesús dijo que había hecho aquel padre, que cuando su hijo regresó lleno de pecados y vicios, el padre no se sentó en el confesionario y comenzó a indagar, él vio la penitencia del hijo, su arrepentimiento y lo abrazó”, recordó Francisco.

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El santo padre expresó su deseo de que el testimonio de “cercanía al pueblo de Dios” que imparten los padres capuchinos en Irlanda, “ese corazón de saber perdonar sin hacer sufrir, llegue a todos los sacerdotes”. (I)