Tiene un tumor maligno en el hígado y en las vías biliares, que no se lo han podido extirpar. También padece de cirrosis hepática y fibrosis. Por el tumor, en abril del 2016 aplicó al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) para que le cubrieran su enfermedad catastrófica, que se hacía tratar de manera particular, asegura.

Por su estado de salud, los médicos le indicaron que ya no podía trabajar. “En las juntas de curso me pedían las actas y no me acordaba dónde las tenía. Decía: aquí las tengo, aquí las tengo, pero no las tenía”, recuerda Jacinto Ascencio Lindao, de 55 años, quien por 32 años fue profesor en Progreso, parroquia rural de Guayaquil.

“Me dijeron que mi caso era bastante delicado, con pronóstico reservado y que no podían hacer más que darme tratamiento (actualmente recibe quimioterapia oral)... El temor que tengo es morirme y no recibir nada”, dice tras contar que aún no le pagan nada de su jubilación, fechada el 28 de febrero pasado, aunque él trabajó hasta los primeros días de abril cuando le avisaron, sostiene.

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Aunque en el IESS está calificado como enfermo catastrófico, en el Ministerio de Educación lo habrían jubilado por invalidez, cuenta. Al mes gasta más de $ 1.200 en manutención de tres de sus seis hijos (uno de dos años y dos que estudian en la Universidad) y en costear medicina secundaria.

Arturo Pezo Quimí, de 69 años, dio Matemática y Física por 37 años en esa localidad. Se jubiló por invalidez en junio de 2016. “Mi situación es visual. Fui operado en el 2011 de cerebro abierto, de un tumor en la hipófisis y como consecuencia de eso viene mi ceguera progresiva. En el 2013 tenía perdido el 75% de mi eficacia visual. Ahora no sé cuánto irá porque todavía no me pueden hacer los exámenes, me han dado cita (hace dos meses) para marzo”, cuenta.

Él espera el pago de su jubilación porque aún mantiene a dos hijos escolares (de 8 y 14 años), a sus padres de 94 y 98 años y costea su alimentación y medicina secundaria.

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Ángel Pezo Gonzabay, de 61 años, en cambio, se inscribió en noviembre del 2016 en el plan de jubilación que se abrió. Salió favorecido en marzo pasado. En mayo le dijeron cuánto iba a recibir, pero todavía espera el pago. “Que esperen”, es la respuesta que dicen les dan a todos en el distrito de Progreso.

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