En 1980, una adaptación televisiva de la novela Shogun de James Clavell de 1975 cautivó a los espectadores en el extranjero. Cuarenta años después, una nueva adaptación volvió a despertar un gran interés en Japón.
La versión más reciente de esta, creada por FX y realizada por un equipo estadounidense-japonés, se ganó a los espectadores de todo el mundo con su historia de intriga intercultural. La serie obtuvo excelentes críticas, fuertes índices de audiencia, arrasó en los premios Emmy, al llevarse 18 estatuillas en una sola noche en septiembre de 2024 y el domingo 5 de enero, ganaron en todas las categorías en las que estaba nominada la serie en los Globos de Oro 2025.
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El éxito del programa fue el pináculo de un año en el que la televisión japonesa reveló nuevas ambiciones creativas tanto en el país como en el extranjero. Así, los productos televisivos hablados en japonés han logrado un gran avance y en este 2024 que pasó, se convirtieron en el tercer contenido en lengua no inglesa más visto en la plataforma de streaming Netflix, tan solo detrás del coreano y el español.
Los aficionados a los mangas (forma de cómic o novela gráfica originaria de Japón) y animes (películas o programas televisivos de animación japoneses) suelen criticar las adaptaciones foráneas por su falta de fidelidad con el material original, pero fue Shogun el drama que rompió el molde al ser una producción hablada principalmente en japonés y elogiada por su autenticidad. Y es que otros trabajos japoneses recientes también se han convertido en casos de éxito a nivel mundial.
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El programa franco-estadounidense-japonés Las gotas de Dios, basado en el manga homónimo, ganó el premio a la mejor serie dramática en los Emmy Internacionales de noviembre. La serie de Netflix One Piece, de 2023, una adaptación de un manga con el actor mexicano Iñaki Godoy, fue aplaudida por el público y la crítica y ya se prepara el estreno de una segunda temporada. Hay otras versiones de reconocidos animes en marcha, incluyendo la de My Hero Academia.
Crece la demanda sin los errores del pasado
“La demanda de los mercados occidentales está claramente creciendo”, comentó Kaori Ikeda, directora gerente de Tiffcom, la feria comercial de contenido afiliada con el Festival Internacional de Cine de Tokio. Sin embargo, esta responsable advierte que a las empresas japonesas aún les falta cierta experiencia en temáticas como la negociación de derechos. Por eso, organizó el Tokyo Story Market, un espacio para facilitar los contactos entre productores internacionales y editores japoneses.
Por otro lado, los estudios extranjeros también han mejorado sus adaptaciones y evitan algunos errores que cometieron en el pasado, como la versión cinematográfica de 2017 del manga Ghost in the Shell: La vigilante del futuro con la actriz Scarlett Johansson, donde los críticos acusaron a la película de “blanqueamiento” porque sus personajes principales fueron actores no japoneses, con la excepción de la presencia de Takeshi Kitano.
Igualmente, el thriller sobrenatural de 2017 Death Note fue criticado por su falta de apego al manga original. “Los autores de manga son muy respetados y sus fanes están muy atentos”, señala Klaus Zimmermann, productor de Las gotas de Dios.
Pero la televisión japonesa también ha mejorado en “presentar y comercializar su contenido” en el exterior, afirma Makito Sugiyama, director ejecutivo de la Asociación de Exportación de Programas de Televisión de Japón (BEAJ). Por eso que ahora algunos dramas japoneses también encuentran mayor resonancia en espacios internacionales.
Es necesario rescatar que los fracasos del pasado se deben, además, en parte a las dificultades de los editores de comunicar sus deseos a los productores extranjeros, quienes carecen de un entendimiento adecuado de los mangas y el anime, según Yuki Takamatsu, negociador de derechos de la editora de mangas Kodansha.
“No obstante, hoy en día, especialmente después de la pandemia de COVID, los productores de otros países de 30 o 40 años ven anime junto con sus hijos en Netflix o Amazon y nos contactan”, explica.
Shogun definitivamente “cambió las cosas para Japón”, asevera Ikeda, quien no se cansa de resaltar la importancia de esta serie en el mundo de la televisión internacional. “Que una historia de samuráis con tanta atención a los detalles históricos pueda convertirse en un entretenimiento de masas prueba todo el potencial de los contenidos japoneses”, declara ella. (E)